El impacto de la salud de Juan Carlos I en la familia real
La infanta Elena, considerada la más devota de la familia Borbón, ha demostrado un apoyo incondicional a su padre, Juan Carlos I. Sus esfuerzos han sido evidentes, especialmente en momentos difíciles cuando ha percibido que su hermano, Felipe VI, hubiera podido ser demasiado duro con su progenitor.
Visitas frecuentes a Abu Dhabi
Desde agosto de 2020, Elena y su hermana Cristina han viajado a Abu Dhabi en numerosas ocasiones, con un total que supera las sesenta visitas. Estos desplazamientos han supuesto una inversión considerable, cuyo coste supera los 55.000 euros en vuelos.
Una emergencia familiar
Recientemente, las infantas recibieron noticias preocupantes sobre la salud de Juan Carlos I, lo que las llevó a cancelar sus vacaciones para viajar de inmediato a Abu Dhabi. Su preocupación era palpable, pues querían estar junto a su padre en ese momento delicado.
Las complicaciones de la edad
Con más de 85 años, Juan Carlos I se enfrenta a complicaciones de salud que han sido evidentes en los últimos años. Sus dificultades de movilidad, expuestas al público en imágenes en silla de ruedas, han generado una gran inquietud entre sus hijos. Su aversión a ser visto en esa situación ha influido en su decisión de buscar tratamientos innovadores.
Tratamientos innovadores
Para combatir los efectos de la edad, Juan Carlos I ha sido sometido a diversos tratamientos de medicina regenerativa, incluyendo células madre y plaquetas, realizados por su médico de confianza en Vitoria. Estas terapias se llevan a cabo antes de sus apariciones públicas para evitar que su condición sea un tema de debate.
La preocupación de las infantas
La salud de su padre ha generado una gran inquietud entre Elena y Cristina, que temen que el emérito pueda morir aislado y sin recordar a su familia. Esta preocupación se ha convertido en un tema de discusión con Felipe VI, quien mantiene su posición de no llevar a Juan Carlos I de acuerdo con las dinámicas actuales de la corona.
Un futuro incierto
A medida que la situación de Juan Carlos I se complica, las infantas se ven empujadas a actuar. Su preocupación por el bienestar de su padre puede llevarlas a tomar decisiones que podrían cambiar la dinámica familiar y su lugar dentro de la monarquía.