La transición hacia la profesionalización
Los expertos en empresas familiares recomiendan la externalización de las funciones ejecutivas cuando la compañía crece, apartando a la familia de los órganos de gestión a medida que se ha dimensionado. Este proceso a menudo requiere tiempo, procedimientos y persistencia, ya que no es raro que salga bien en la primera.
El papel del consejo familiar
La presencia de un consejo familiar es crucial para garantizar que el negocio funcione, puesto que aporta una buena garantía para la continuidad de la empresa. Este órgano permite consensuar y dar unidad al grupo antes de tomar decisiones con el resto de órganos de gobierno.
La importancia de la separación entre propiedad y gestión
Los expertos destacan que la separación entre propiedad y gestión cobra relevancia a medida que la compañía crece. Esto implica que la propiedad y la gestión sean únicas cuando la compañía tiene baja complejidad, pero a medida que crece, la separación resulta más importante.
La diversificación como estrategia
Cuando la familia crece y el negocio se desarrolla, la diversificación resulta recomendable para poder afrontar riesgos y evitar situaciones complejas como despidos de miembros de la familia si las funciones ejecutivas no se están ejecutando bien.
La incorporación de profesionales ajenos a la familia
Empresas familiares como Mango, Puig, Uriach, Borges y Ausa han situado en las tareas más ejecutivas a perfiles que no tienen vínculo familiar con los propietarios, obteniendo buenos resultados. Esto demuestra que la incorporación de profesionales ajenos puede resultar beneficiosa para el crecimiento de las compañías.
El reto de la salida a bolsa
La salida a bolsa de la empresa familiar es la máxima expresión de la profesionalización, ya que exige estructuras de gobierno independientes y transparencia. Sin embargo, la familia debe considerar cuidadosamente el porcentaje del capital que quiere ceder, ya que superar el 50% puede comportar la pérdida de control.
El caso Grífols: un ejemplo de transición
El caso de la familia Grífols, que apartó a miembros de la familia de los cargos ejecutivas en medio de un terremoto reputacional, demuestra la importancia de la profesionalización en las empresas familiares. Esta transición fue un complejo proceso que requirió tiempo y persistencia para conseguir una gestión más profesionalizada.