Un coloso abandonado en el corazón de Palma
En el bullicioso paisaje urbano de Palma, donde el pasado y el presente se entrelazan, se alza un imponente edificio de hormigón y vidrio que ha sido testigo de una saga de controversias, litigios y venganzas. Esta estructura abandonada, conocida como el ‘mamotreto’ de Palma, se ha convertido en un símbolo de las luchas de poder, los intereses creados y el destino incierto que ha marcado su historia.
El sueño de un arquitecto vanguardista
En la década de 1960, el renombrado arquitecto Josep Ferragut, impulsado por su pasión por la conservación del patrimonio y su oposición al desarrollo urbanístico desenfrenado, concibió el edificio de Gesa como un faro de modernidad y funcionalidad. Este edificio, inaugurado en 1977, pretendía representar los avances tecnológicos y el espíritu innovador de la compañía eléctrica.
El declive de un icono
Casi tres décadas después, Gesa abandonó sus oficinas en la histórica torre, iniciando un inexorable camino hacia la degradación. En 2005, Núñez y Navarro, una poderosa constructora catalana, adquirió los terrenos donde se ubicaba el edificio con la intención de demolerlo y construir 200 lujosos apartamentos.
La protección inesperada
Sin embargo, los planes de Núñez y Navarro se vieron frustrados cuando el Consell Insular de Mallorca declaró el edificio de Gesa como Bien Catalogado, impidiendo su demolición. Esta decisión, impulsada por una coalición de partidos políticos, supuso un duro golpe para la constructora y desató una batalla legal.
Venganza y querellas
En un giro sorprendente, Núñez y Navarro presentó una querella contra la cúpula insular de UM, acusándola de corrupción en la adjudicación de unos terrenos públicos. Esta denuncia fue interpretada por muchos como una venganza por la protección del edificio de Gesa.
El Tribunal Supremo dicta sentencia
La batalla legal entre Núñez y Navarro y Endesa, la empresa propietaria del edificio, llegó hasta el Tribunal Supremo. En 2014, el alto tribunal falló a favor de Endesa, obligando a Núñez y Navarro a devolver los 85,2 millones de euros que había pagado por el edificio.
Un futuro incierto
Desde entonces, el edificio de Gesa ha seguido deteriorándose, atrapado en un limbo legal y político. Tanto el PP como el PSOE han propuesto diferentes planes para su futuro, pero ninguno ha llegado a materializarse.
El proyecto del PP: un centro cultural
En la actualidad, el PP, con el apoyo de Vox, propone adquirir el edificio por 25 millones de euros y convertirlo en un centro cultural. El objetivo es impulsar la candidatura de Palma como Capital Europea de la Cultura en 2032.
Críticas de la oposición
La oposición ha expresado su preocupación por el proyecto, argumentando que hipotecará a la ciudad durante años y que se convertirá en una mera atracción turística. También han criticado la falta de inversión en proyectos que mejoren la vida de los residentes.
Un legado de controversias
El edificio de Gesa de Palma es un testimonio de las complejas fuerzas que han dado forma a la ciudad. Su historia está marcada por la ambición, la avaricia, la política y la lucha por el patrimonio. Mientras su futuro sigue siendo incierto, el ‘mamotreto’ de Palma seguirá siendo un recordatorio de las batallas que han definido su pasado.