Regreso a casa: resistencia agrícola a Maresme
Después de ser desalojado en diciembre, un grupo de agricultores y vecinos en Santa Susanna ha ocupado una vez más sus tierras en el Pla de Balasc. Con la determinación de defender una de las áreas agrícolas más prolíficas de la región, han establecido una vigilancia constante para contrarrestar las obras que amenazan su forma de vida.
Obras controvertidas y su impacto ambiental
El proyecto de urbanización actual proporciona la extensión de una carretera, la creación de un estacionamiento para 200 vehículos y una marina seca con una capacidad de 300 barcos. Financiado con la próxima generación del Fondo Europeo, este plan ha generado una intensa controversia sobre sus implicaciones para el equilibrio hídrico del área. La plataforma ‘Save the Balasc Plan’ advierte que el bombeo constante de agua subterránea, que supera los 800,000 m3 al día, puede conducir a la salinización del suelo y, de esta manera, la desaparición de la agricultura local.
Una advertencia alarmante para el futuro agrícola
Josep Maria Baqués, representante de Unió de agricultores, enfatiza que este bombeo constante es una amenaza directa para la supervivencia de las granjas. «Este proyecto contradice los principios de los fondos europeos, que buscan proteger el medio ambiente», dice Baqués, enfatizando que la falta de información sobre la extracción de agua en los aviones iniciales es preocupante.
El precio de la biodiversidad: una especie en peligro
Las obras no solo amenazan la agricultura, sino que también ponen en peligro la biodiversidad local. Los vecinos han observado una disminución en el capitán marino, una especie endémica y en peligro de extinción. Según la investigación, Santa Susanna podría albergar la población más grande de esta planta en todo el mundo.
Derechos ignorados: inquilinos y acuerdos
Los críticos de la ciudad de Santa Susanna también se centran en la falta de consulta con los inquilinos afectados por el proyecto. Muchos propietarios han firmado acuerdos que comprometen su tierra sin que los inquilinos sean informados, generando un clima de desconfianza y preocupación entre los agricultores locales.
El miedo a la especulación urbana
Los acuerdos firmados incluyen cláusulas que podrían conducir a futuras asignaciones de tierras, una práctica que, según los expertos, podría facilitar una reclasificación de tierras protegida. «Esta situación sugiere que el proyecto actual podría ser un caballo troyano para una especulación a largo plazo», advierten de Unió de agricultores.
Movilización y apoyo político
A principios de abril, los representantes del sector agrícola presentaron una solicitud de investigación a la Comisión de Territorio y Vivienda para investigar posibles irregularidades en el proceso. Con el apoyo de varios grupos parlamentarios, su demanda busca abrir un debate público sobre la sostenibilidad del modelo territorial actual.
El apoyo de la comunidad y las autoridades
La Unión de Agricultores y la Asamblea de Página han buscado alianzas con figuras políticas, incluido el ex presidente Carles Puigdemont, quien ha expresado su apoyo a la causa a través de las redes sociales. La situación en Santa Susanna ha despertado el interés de muchos, que ven en esta lucha un ejemplo de defensa de la agricultura y sostenibilidad local.
Reflexiones sobre el futuro del territorio
La lucha de los vecinos y agricultores de Santa Susanna ejemplifica las crecientes tensiones entre la preservación turística y agrícola en la Maresme. «¿Qué tipo de progreso es este que nos expulsa de nuestro territorio y amenaza nuestra dieta?», Pregunta Baqués, enfatizando la importancia de proteger la agricultura local como un elemento esencial para la soberanía alimentaria de la región.