La situación en Haití: un panorama desolador
La realidad en Haití es desoladora. No hay palabras que describirla. Los misioneros salesianos que trabajan en el país describen la situación como un auténtico infierno después de una ola de violencia sin precedentes.
Impacto de las elecciones y la violencia
Tras el anuncio del compromiso del primer ministro, Ariel Henry, de celebrar las elecciones antes de agosto de 2025, la violencia entre las bandas ha estallado. Las comunidades salesianas han sufrido los efectos de esta situación, viéndose limitadas en el desarrollo de sus actividades.
Consecuencias de la violencia
La violencia ha llevado a saqueos de comisarías de policía y negocios, así como a la escasez de agua potable, alimentos y productos básicos, especialmente en la capital, Puerto Príncipe. Esta situación ha provocado un ambiente de tristeza y desesperanza, limitando la movilidad de la población y creando una sensación de prisión.
La labor de los misioneros salesianos
Los misioneros salesianos, presentes en el país desde 1936, trabajan principalmente en Puerto Príncipe, atendiendo a una población vulnerable en barrios como La Saline y Cité Soleil. Anualmente, atienden a más de 22.000 jóvenes, niños y niñas en centros educativos, centros juveniles y hogares de acogida.
Un futuro incierto
El futuro de Haití se presenta muy complejo. Los misioneros salesianos viven con miedo el día a día, puesto que la situación es imprevisible e insegura. Esto ha llevado a un llamamiento a la comunidad internacional para poner fin a la violencia y apoyar a una población en situación de gran vulnerabilidad.
