Una velada llena de emociones
En una noche mágica en L’Auditori, los asistentes vivieron una experiencia musical inolvidable. El concierto empezó con la interpretación del Concierto para piano y orquesta núm. 24 en do menor de W. A. Mozart, a cargo de la talentosa pianista Olga Pashchenko. Con su interpretación precisa y brillante, cautivó a la audiencia y dejó a todo el mundo con la piel de gallina.
Tras esta magnífica interpretación, la orquesta y coro MusicAeterna, bajo la dirección del carismático Teodor Currentzis, interpretaron el Réquiem en re menor de Mozart. El ambiente en la sala se volvió solemne y todos los asistentes quedaron cautivados por la intensidad y expresividad de la obra.
Un director apasionado
Teodoro Currentzis dirigió a la orquesta con una pasión y una energía contagiosas. Su estilo único y sus ideas claras crearon una única experiencia musical. En algunos momentos, su emoción le desquició y provocó pequeños incidentes, como cuando echó casi el atril de los jefes de violines. Pero esto sólo añadió un toque de emoción y espontaneidad al concierto.
Solistas excepcionales
Los solistas Elizaveta Sveshnikova, Andrey Nemzer, Egor Semenkov y Alexey Tikhomirov ofrecieron interpretaciones excepcionales en sus partes solistas. Sus voces llenaron la sala y transmitieron toda la emoción y grandeza de la obra de Mozart.
Un final emocionante
Tras una interpretación intensa y vibrante, el concierto llegó a su fin. Teodoro Currentzis hizo una reverencia que duró casi un minuto, mientras la audiencia esperaba con impaciencia. Los aplausos y ovaciones llenaron la sala, y el director saludó a todos los solistas y miembros de la orquesta. Fue un final emocionante para una velada inolvidable.