Una mirada al Grupo Especial de Intervención
El Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos d’Esquadra representa una de las divisiones más enigmáticas de la policía catalana. Aproximadamente cuarenta agentes, dirigidos por un inspector y un subinspector, tienen la habilidad de movilizarse rápidamente por tierra, mar o aire en todo el territorio catalán, principalmente en situaciones de crisis. Esta unidad, cuyo trabajo cotidiano incluye exhaustivos entrenamientos en localizaciones secretas de Catalunya, en 2024 celebrará sus cuatro décadas de existencia.
Ámbito de actuación y capacidad de respuesta
Los miembros del GEI son los más capacitados para enfrentar situaciones de altísimo riesgo, especialmente aquellas que involucran personas armadas y peligros potenciales, sin importar el lugar: desde pisos y fábricas hasta calles concurridas o centros comerciales. Los efectivos del GEI practican escenarios que esperan nunca tener que enfrentar en la vida real, con un equipo siempre de guardia listo para responder en minutos.
Preparación y entrenamientos detallados
Durante una de estas sesiones de entrenamiento, bajo estrictas normas de seguridad, ensayan entradas a viviendas y maniobras en espacios grandes, perfeccionando técnicas para buscar individuos hostiles. La constancia en el entrenamiento es vital para asegurar la maestría en estas intervenciones complejas.
Aumento en la demanda de intervenciones
Lamentablemente, la actividad del GEI ha ido en aumento. Originalmente dedicada mayormente a entrenamientos, ahora se ven desplegados con mayor frecuencia en incidentes reales que, si bien no todos son críticos, involucran una creciente cantidad de situaciones con personas armadas. Casos notorios incluyen la neutralización de un tirador en Tarragona, la liberación de rehenes en Barcelona o la detención de un pistolero en Sant Hipòlit de Voltregà, situaciones en las que su intervención fue crucial.
Impacto de la creciente criminalidad
Además de emergencias inmediatas, el aumento de la tensión social y la proliferación de grupos narcoterroristas han llevado a las unidades de investigación a activar el GEI más frecuentemente en operaciones preventivas. Su despliegue en eventos como el asesinato ocurrido en el barrio de la Font de la Pólvora tras Sant Joan, demuestra la creciente demanda de sus servicios. También se les ha visto en operativos especiales, como medidas de seguridad visibles en partidos de alto riesgo del FC Barcelona, conciertos y visitas oficiales.
Preparados para cualquier situación
Gracias a su formación, los miembros del GEI están listos para intervenir en cualquier rincón de Catalunya ante riesgos desconocidos o predecibles. El subinspector enuncia que el entrenamiento es crucial para actuar ante peligros armados y neutralizar amenazas. El anonimato es su aliado: nadie sabe quiénes forman parte y operan siempre con rostros cubiertos, incluso utilizan nombres ficticios ya interiorizados para mantener la distancia necesaria para la seguridad del equipo y la propia.
Entrenamientos exigentes
Los ejercicios del GEI abarcan desde simulacros bajo fuego hasta prácticas en medios acuáticos, adaptándose a la necesidad de abordar situaciones en embarcaciones. Asimismo, colaboran con el Área Aérea para operaciones que requieren desplazamientos y descensos desde helicópteros.
Silenciosos guardianes de la seguridad
Enfrentados a las misiones más complicadas, estos agentes, de quienes solo conocemos identificaciones ficticias y rasgos como el color de sus ojos, están totalmente preparados para defender y proteger. Su discreción y profesionalismo garantizan que la seguridad prevalezca cuando las situaciones se tornan extremadamente peligrosas.