Orígenes de los Trasts de Defensa
En el siglo XVI, los rangos militares de la ciudad de Tortosa se organizaban bajo el nombre de Trasts de Defensa. Esta agrupación estaba compuesta por figuras como el capitán, el abanderado, el tocador, el tamborilero y el peón, quienes eran los encargados de resguardar los diversos accesos a la ciudad fortificada. Los integrantes provenían de distintas cofradías y gremios locales. Cada grupo se distinguía por los colores de sus estandartes y los escudos que representaban a sus respectivas organizaciones, que en total eran dieciséis.
La Recreación Histórica en el Siglo XXI
Hacia principios del siglo XXI, se tomó la decisión de instaurar la figura de los abanderados de los Trasts de Defensa como parte de la recreación histórica de la Fiesta del Renacimiento. Esta iniciativa se basó en la información proporcionada por el cuaderno de Host y la obra ‘La Ciudad de Tortosa’, escrita por Miguel Ángel Baila.
De este modo, las calles de Tortosa comenzaron a ser testigos de desfiles donde los abanderados portaban estandartes de madera representativos de los gremios, mientras que los peones exhibían las banderas bicolores o tricolores de los Trasts de Defensa, acompañados siempre por músicos que enriquecían el ambiente.
Inspiración en Abanderados Italianos
Con el paso de los años, y tomando como referencia a los abanderados italianos conocidos como Sbandieratori dei Castelli d’Arezzo, se fundó el grupo de los Abanderados de Tortosa. A partir de este momento, su actuación se convirtió en un espectáculo de exhibición de destrezas con las banderas.
Transformaciones en la Fiesta
Durante la gestión de Ferran Bel, quien ocupaba el cargo de líder en el grupo de Abanderados, Domingo Tomás asumió la dirección de la Fiesta del Renacimiento. Su enfoque, año tras año, se centró cada vez más en resaltar las banderas, relegando a un segundo plano espectáculos que habían ganado popularidad, como la Taverna de Enrico, la cual durante un periodo se trasladó a las Avanzadas de Sant Joan por consideraciones políticas.
Además, muchos otros eventos comunitarios fueron excluidos de la festividad, ya que, según Tomás, no poseían la capacidad de ser promovidos a nivel internacional.
Consecuencias de la Crisis
Cuando Tomás asumió el cargo de concejal de Fiestas y su pareja fue nombrada directora de la Fiesta del Renacimiento, significó el fin de diversas compañías teatrales locales que ofrecían alternativas a la Escuela Municipal de Teatro. Además, esto implicó la suspensión durante varios años de las actuaciones de otros grupos de abanderados internacionales.
En tiempos de crisis y recortes, también se eliminaron los fuegos artificiales, que tradicionalmente marcaban el cierre de la Fiesta del Renacimiento. Las ceremonias de apertura y cierre fueron descontextualizadas, transformándose en actos carentes de sentido, dado que las actuaciones renacentistas continuaban tanto antes como después de estos eventos.
La Clausura de la Fiesta del Renacimiento
Así, el cierre de la Fiesta se transformó en un gran espectáculo protagonizado por los Abanderados en la plaza del Ábside, el cual fue incorporando nuevos elementos cada año, como confeti, música, proyecciones de vídeomapping en la fachada del Ábside, e incluso la reintroducción de fuegos artificiales.
Cambios en los Abanderados
Con el tiempo, los abanderados también modificaron gradualmente sus trajes y estandartes, abandonando los colores originales de los Trasts de Defensa, adoptando así los actuales vestuarios y banderas rojas con la torre del escudo de la ciudad. En vista del compromiso que caracteriza el espíritu fundacional de esta festividad de adherirse a un estricto rigor histórico, me pregunto desde hace años sobre la autenticidad histórica que rodea a los Abanderados de Tortosa.
No se encontrará en ningún lugar un abanderado vestido de esta manera, considerando que, desde el principio, quienes llevaban las medias a rayas eran los peones y no los abanderados en sí. Los abanderados del siglo XVI lucían plumas en sus gorros, chaquetas, chalecos marrones y botas. El público asiste a un espectáculo que ha perdido todo el rigor histórico que pudiera haber tenido, lo que despoja de significado a la figura del abanderado en el contexto de la festividad.
Reinterpretaciones de la Historia
Los tonos rojos del siglo XVI no eran los mismos tintes que conocemos actualmente. Por lo tanto, es razonable imaginar que las banderas poseían una escala cromática de rojo que era al menos tres tonos más oscuros que los de hoy en día. Los colores de los Trasts eran los mismos que ahora se asocian con las agrupaciones vecinales de los barrios.
Desviaciones Históricas en la Fiesta
Por tanto, centrar la Fiesta del Renacimiento de Tortosa exclusivamente en este espectáculo creado en el siglo XXI significaría una de las mayores distorsiones históricas, cuando originalmente se concebía como una celebración de recreación histórica y mercado de época.
Se intenta desvincular a los Abanderados de la política, sin embargo, el grupo de Tomás fue el responsable de idear el antiguo logotipo de la Fiesta del Renacimiento en el que figuraba la figura del abanderado. Este diseño era ficticio y no representaba en absoluto al guerrero portador del estandarte de la Veguería que se conserva en el Museo de Tortosa.
Ambiciones Políticas en el Grupo
La formación que ahora se presenta como apolítica, cuenta en sus filas con exconcejales, concejalas, parejas de regidores y exregidores, hijos de ediles, empleados municipales, aspirantes a políticos, entre otros individuos vinculados a un mismo partido político: Junts per Tortosa. Un partido que podría llamarse perfectamente Junts per la Bandera, pues son expertos en cambiar nombres y chaquetas.
La Voz de la Comunidad
En lugar de criticar al alcalde y al actual concejal de la Fiesta, sería más apropiado que reflexionaran sobre el descontento que sienten quienes intervinieron en la plaza del Ábside para recordar a abanderados, políticos y allegados que ‘la Fiesta es de todos’.
En ese contexto, se unieron no solo los miembros de los seis espectáculos programados, sino también individuos de otras actuaciones, campamentos, voluntarios de la Fiesta y el público en general que no comprenden cómo un grupo puede decidir unilateralmente cuándo debe actuar, o los tiempos asignados en la programación del evento.
La Reacción de la Comunidad
Si cualquier espontáneo hubiese intentado hacer lo que hicieron, probablemente habría sido denunciado por la policía y los mossos d’esquadra por alterar el orden público y violar normativas municipales relacionadas con el uso del espacio público. Sin embargo, parece que los abanderados tienen un estatus de inmunidad que les exceptúa de tales regulaciones.
Consecuencias para la Fiesta
Es esencial preguntarse si un espectáculo que presume de haber alcanzado una proyección internacional es digno de comportamientos tan lamentables como los que se evidenciaron la noche del domingo. Este tipo de actitudes, que recuerdan a rencillas infantiles, contribuye a crear un distanciamiento con los programadores internacionales que asistieron a la Fiesta del Renacimiento y a generar aversión hacia las compañías que quedaron sorprendidas ante lo acontecido.
Tal como indicaron los mismos trabajadores del departamento de Fiestas, se ha demostrado que a la oposición nunca le ha interesado la Fiesta del Renacimiento ni la ciudad de Tortosa; solo han estado preocupados por perder el dinero que obtenían entre ellos y sus asociados durante los cuatro días de festividades, donde la única grandeza que les importaba era la de sus propias arcas.
Reconocimiento a los Trabajadores Anónimos
Para concluir este artículo, es indispensable rendir homenaje al trabajo desinteresado de tantas y tantas personas anónimas que son las verdaderas artífices de la grandeza de la Fiesta del Renacimiento. Su esfuerzo y dedicación son los pilares sobre los cuales se sostiene esta celebración, y son quienes verdaderamente han hecho y continuarán haciendo que la Fiesta del Renacimiento sea lo que es en la actualidad.