Ambos extremos, eclipsados por el joven Lamine, quieren recuperar su puesto y su confianza en el tramo final de la temporada
A veces los jugadores necesitan un estímulo para dar lo mejor de sí mismos. Puede ser una decisión del entrenador, como una suplencia o sustitución, o puede ser una circunstancia inesperada. Esto les ocurrió a João Félix y Raphinha, que se vieron superados por un talento emergente: Lamine Yamal. El extremo de 16 años ha explotado definitivamente este 2024. Debutó haciendo el 2-0 contra Osasuna en las semifinales de la supercopa. Pero en la final ante el Madrid sólo jugó 30 minutos. Sin embargo, Lamine encadenó una racha de ocho titularidades consecutivas en la que brilló. Dio un recital en el campo del Betis, un golazo en San Mamés, generó peligro constantemente e hizo un doblete de crack contra el Granada. Es verdad que João Félix estuvo tres semanas lesionado por un esguince en el tobillo y que Raphinha estuvo un mes de baja por una lesión muscular, pero Lamine Yamal, junto a Pau Cubarsí, ha sido, probablemente, la mejor noticia del Barça en este complicado inicio de año. El futbolista que emociona y el único que aporta un punto distinto al lento y flojo juego que ha mostrado el equipo de Xavi Hernández en las últimas semanas.
Una oportunidad de oro
El pasado sábado, contra el Getafe, João y Raphinha tenían una ocasión única. Ambos volvían al once inicial después de recibir el alta. El portugués había jugado menos de diez minutos en Nápoles, mientras que el brasileño había acumulado un cuarto contra el Granada, media hora en Vigo y casi un cuarto en tierras napolitanas. Sin embargo, minutos sin trascendencia, sin aportar nada al juego. Contra el equipo de Bordalás tocaba darle un respiro a Lamine. Xavi no apostó por el cuarto centrocampista, sino que alineó ambos extremos a la alineación y respondieron en el tiempo que estuvieron en el campo. El eterno cuestionado João ofreció una versión equilibrada. Ni la que deslumbró ante el Oporto o el Atlético, ni la que, por ejemplo, apareció en Mestalla. Ese día, el 14 marcó, pero frustró. El sábado, ni lo uno ni lo otro. El portugués siguió pecando de solitario en algunas jugadas, eligiendo mal, pero se implicó, también en defensa. Christensen le regaló un gol para tomar confianza. Poco después fue cambiado y Montjuïc le ovacionó. «Hago mi trabajo. Intento estar al mejor nivel para ayudar al equipo. He hecho lo posible por volver antes de la lesión y aquí estoy», decía en el micrófono de Esport 3 después del partido.
Competencia positiva
Por su parte, Raphinha fue un jugador omnipotente. Desde el primer minuto se notó estar motivado. Y es que él mismo admitió a Movistar que tenía el partido ante el Getafe en la cabeza. «Estoy en un periodo de volver a tener minutos después de la lesión y estoy contento de volver al once así. En la primera jornada de liga me expulsaron y eso me mordisqueaba por dentro. Era un partido especial», dijo. Sí, al debut en la liga recibió una roja directa por agredir a un jugador del Getafe. Cayó en la trampa de los locales, que repartieron estopa durante los más de 100 minutos que duró ese partido. El sábado, con un gran trabajo defensivo, el brasileño tuvo también incidencia ofensiva. Gol y asistencia. También falló alguna, pero la actuación del extremo azulgrana fue de las mejores. El año pasado, por estas fechas, Raphinha fue también determinante. Entre febrero y marzo marcó cinco goles y dio dos asistencias. Dos de estos tantos valieron seis puntos: 1-0 ante el Valencia en casa y 0-1 en San Mamés.
Bilbao, la próxima prueba
Curiosamente, Bilbao es la siguiente parada azulgrana. Una visita que al conjunto de Xavi ya se resistió hace unas semanas. Raphinha y João Félix, sin el lesionado Ferran Torres, reclaman también estar ahí o tener protagonismo. Quieren acompañar a Lewandowski y Lamine Yamal, que parecen tener la titularidad más que garantizada en un duelo tan difícil e importante. Para Raphinha, la competencia con el niño es buena. «No me preocupa. Competir con él es un privilegio y un honor para mí, porque será uno de los mejores jugadores. Esto nos hace mejorar, tanto a mí como a él. Verle jugar bien me hace querer progresar como jugador y creo que él piensa lo mismo. En un equipo como el Barça, esta competencia debe tenerse siempre y me gusta competir con él», explicaba.
La decisión, a manos de Xavi
La decisión la acabará tomando Xavi, pero todos quieren estar e intentar acabar la temporada de la mejor manera posible. Si el Barça quiere decir todavía una última palabra en la liga o en Europa, necesita tener cuantos más recursos mejor. Cuantos más jugadores enchufados, mejor. Que el partido del sábado no haya sido una simple ilusión.
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