El surgimiento de un bocado crujiente
La croqueta, cuyo nombre deriva del francés ‘croquer’ que significa crujir, es un exquisito manjar que ha conquistado paladares en todo el mundo. Su historia se remonta a la alta cocina francesa y se encuentra registrada en recetarios desde el siglo XVII.
En aquellos tiempos, François Massialot, aclamado cocinero del duque de Orleans, ya incluía una receta que se asemeja al concepto actual de croquetas. Aunque no contaban con la presencia de la bechamel, su preparación consistía en rellenos pasados por huevo, pan rallado y posterior fritura en manteca.
La evolución hacia un icono culinario
Fue en el siglo XVIII cuando la croqueta experimentó una transformación significativa. Surgió la combinación perfecta: una suave bechamel envolviendo un sabroso relleno, moldeada en pequeñas bolitas que al ser fritas adquirían una textura crujiente irresistible.
La influencia cultural de la Ilustración trajo consigo una revolución en la gastronomía, y las croquetas no fueron una excepción. Por primera vez, estas delicias aparecieron en los menús palaciegos bajo el nombre de ‘croquettes a la royale’, destacando por el uso magistral de la bechamel.
La croqueta: un placer para todos los sentidos
La versatilidad de las croquetas es innegable. Su amplia variedad de rellenos, desde jamón y queso hasta mariscos o verduras, permite disfrutar de sabores únicos en cada bocado. Ya sea como entrante, plato principal o incluso como tapa, las croquetas son siempre bienvenidas en cualquier mesa.
La ‘gourmetización’ de este clásico de la cocina de aprovechamiento ha llevado a su presencia en restaurantes selectos y locales reconocidos en todo el mundo. Si eres un aficionado a las croquetas, te ofrecemos una selección de 10 lugares imperdibles donde podrás degustar auténticas obras maestras culinarias.
