Una Perspectiva Diferente
Varios académicos han expresado su opinión respecto al Cohelet, calificándolo como un libro negativo para con la vida. Los críticos consideran al autor como un pesimista, citando a menudo el conocido leitmotiv ‘vanidad y más vanidad, todo es efímero, todo es en vano’.
Pero nada está más lejos de la verdad. Mediante su célebre ritornello, el Cohelet nos advierte sobre el peligro de basar nuestra felicidad en cosas que tradicionalmente consideramos que nos hacen felices: dinero, poder, tener más. Todo esto es vanidad y debe ser puesto en perspectiva.
Una Lucha Entre Vanidad y Alegría
Una lectura que realmente hace justicia en el libro es aquella que equilibra la alegría con la vanidad. De hecho, la palabra ‘alegría’ aparece tantas veces como ‘vanidad’. El Cohelet otorga gran valor a las pequeñas alegrías que surgen de las acciones más concretas y básicas del ser humano, como comer, la satisfacción de haber cumplido una tarea, el trabajo bien hecho y la gratuidad.
El Cohelet no renuncia a la posibilidad de ser feliz; considera que gozar de las propias acciones es un maravilloso regalo de Dios. El libro contiene numerosas concepciones luminosas y alegres de la vida, las cuales no son malas en un autor que a menudo es etiquetado como escéptico y pesimista.
Celebrando la Alegría
Precisamente por esta razón, el Cohelet ha sido seleccionado entre todos los libros canónicos para celebrar la liturgia de una de las fiestas más alegres y llenas de júbilo en el calendario judío: la fiesta de los Tabernáculos, conocida como “Estación del alegría”.