La importancia de preservar la lengua catalana en la escuela

La influencia de la educación en la preservación de la lengua catalana

Recuerdo que en la escuela primaria nos pedían que habláramos en castellano dentro del aula. Esta práctica se mantuvo durante la secundaria e incluso en la Universidad. Sin embargo, cuando salíamos del aula y nos encontrábamos en el patio, hablábamos entre nosotros en catalán, la lengua que también utilizábamos en la calle y en casa. Esta situación se repitió en los años posteriores a la guerra, cuando llegaron inmigrantes de tierras españolas a nuestra comarca. Nos decían que era de mala educación hablar en catalán frente a los nuevos llegados. Pese a que la enseñanza era obligatoria en castellano, los niños aprendieron el catalán con facilidad. Al cabo de unos meses, ya hablaban catalán. Sin embargo, sus padres no tuvieron la misma facilidad. Algunos lo aprendieron en el trabajo y lo hablaban, pero la mayoría lo comprendían pero no sabían expresarse.

La sumisión lingüística y su consecuencia en la preservación del catalán

Desde la escuela, nos decían que era ‘mala educación’ hablar en catalán frente a los españoles. Nos pedían que les habláramos en su idioma, y ​​esto se mantuvo en la calle y en el trabajo. Muchos catalanes hablan en castellano a los hispanohablantes, incluso a los que llevan años viviendo aquí y que entienden perfectamente el catalán. Este sometimiento lingüístico impide que los nuevos llegados aprendan el catalán. Hemos sido educados en el sometimiento, lo hemos asumido y ahora, con la llegada de nuevos inmigrantes, estamos a punto de abandonarlo. Esta conducta pone en peligro la supervivencia milenaria del catalán.

La influencia de los medios de comunicación y la cultura española

El sometimiento lingüístico se agrava con otros factores impuestos desde España. Los medios de comunicación, las costumbres y la forma de ser han contribuido a suplantar nuestra propia identidad ya imponer la suya. Aunque nuestro pueblo y nuestra ascendencia difieren de los españoles en muchos aspectos, hemos ido asimilando su cultura sin darnos cuenta. Actualmente, recibimos una gran cantidad de información española a través de la televisión, la prensa, los medios de comunicación online y los dispositivos móviles. Esta información no tiene nada que ver con la cultura catalana y se opone a lo aprendido durante siglos en la escuela. Nos cuentan su historia imperial desde su perspectiva, que nada tiene que ver con nuestro pasado y nuestra idiosincrasia propia. Además, sus gobiernos imponen leyes que difieren significativamente de las que nosotros aplicaríamos, y cuando las legislamos en el Parlamento, si no les gustan, las declaran inconstitucionales.

La represión y la división de Cataluña

El sometimiento que se ha impuesto durante siglos y que se intensificó hace quince años ha generado una división sin precedentes entre españoles y catalanes. En España, PP y PSOE luchan por el poder, y ambos tienen el control del Consejo General del Poder Judicial, que debería haber sido renovado hace seis años, en contradicción con la Constitución. Con su actitud belicosa, se culpan mutuamente con pruebas falsas, tal y como hicieron en el pasado contra Catalunya. Ahora, Isla, como el monaguillo de la Moncloa en Catalunya, quiere presidir la Generalitat. ¿No recuerdan la aplicación del artículo 155, que destituyó al gobierno de la Generalitat elegido por el pueblo? ¿No recuerdan que, con la ayuda del PP, impidieron que Xavier Trias fuera el alcalde de Barcelona? Ya basta con someternos a sus voluntades y ser sumisos como los corderos dentro de un rebaño, siguiendo las órdenes del pastor.

Conclusión

La preservación de la lengua es fundamental para nuestra identidad y cultura. La educación tiene un papel clave en esta tarea, ya que influye en la forma en que los jóvenes aprenden y utilizan la lengua. Es importante romper con el sometimiento lingüístico y fomentar el uso del catalán en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Además, es necesario ser conscientes de las influencias externas que intentan suplantar nuestra cultura y lengua, y defender nuestra identidad con orgullo y determinación.

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