La situación del personal sanitario en Cataluña

La falta de sustituciones y otras medidas de ajuste

En los últimos días se ha dado a conocer la decisión del Institut Català de la Salut (ICS) de limitar las sustituciones del personal sanitario durante el verano, así como de implementar otras medidas de ajuste, como el cierre de camas hospitalarias y servicios específicos. Estas decisiones se deben a la situación económica relacionada con la prórroga del presupuesto de la Generalitat.

El ICS afirma que la reducción de recursos humanos tendrá menos consecuencias debido a que, en comparación con 2019, se ha incrementado el número de profesionales, especialmente en la atención primaria. En concreto, se han incorporado 253 médicas de familia y 1.037 enfermeras.

La realidad detrás de las cifras

Sin embargo, es importante analizar la documentación oficial para comprender la situación real del personal sanitario. Existe un concepto llamado ‘plantilla equivalente’, el cual no refleja el número absoluto de personas contratadas, sino las jornadas completas realizadas. Esto significa que si en un equipo de atención primaria trabajan 10 médicas, pero cada una asume un 10% más de jornada para cubrir ausencias o jubilaciones, el sistema contabilizará todas las horas de trabajo realizadas y determinará que hay 13 facultativas en lugar de 10. Esto distorsiona la verdadera dimensión de la plantilla médica y permite presentar cifras más favorables.

La falta de personal médico en el sistema sanitario público de Cataluña es evidente y, lo que es peor, está disminuyendo día a día. No se puede ocultar esta realidad mediante la plantilla equivalente. El exceso de trabajo y la sobrecarga continua del personal médico generan malestar y afectan negativamente la calidad de la atención.

La carga laboral y mental del personal médico

Las médicas se enfrentan a una carga mental considerable debido a la toma de decisiones constantes y complejas, las demandas múltiples, la necesidad de mantenerse actualizadas y la presión psicológica relacionada con la posibilidad de cometer errores. A pesar de esto, las empresas sanitarias no buscan soluciones, sino que consolidan medidas que solo deberían aplicarse en situaciones excepcionales.

La ética política debería primar en la gestión de la sanidad pública, y esto implica decir siempre la verdad a la ciudadanía. La falta de personal médico es evidente y no se puede ocultar. El sufrimiento mental y laboral de las médicas, así como las interminables jornadas de trabajo para garantizar el servicio público de salud, no son sostenibles a largo plazo. Las nuevas generaciones son conscientes de que no todo es aceptable en nombre de la vocación.

Conclusión

La situación del personal sanitario en Cataluña es preocupante. Las medidas de ajuste y la falta de sustituciones afectan negativamente la calidad de la atención y generan un exceso de trabajo para el personal médico. Es necesario tomar medidas urgentes para garantizar una plantilla suficiente y condiciones laborales adecuadas. La salud de la población depende de ello.

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