Una premisa inusual
Pepe, un hombre considerado un buenazo, recibe un diagnóstico fatal por parte de un médico. Ante la inminencia de su muerte, decide emprender un camino inusual: convertirse en alguien despreciable para que nadie pueda echarlo de menos. Esta peculiar premisa es el eje central de la producción catalana Mala persona, una comedia que llega a las salas de cine con un espíritu que recuerda a las historietas de Bruguera y a la comedia italiana de posguerra, en la línea de actores como Sordi, Gassman o Mastroianni. Incluso se asemeja a un retrato de la España de la picaresca que bien podría haber sido concebido por el gran Rafael Azcona.
El atractivo del lado oscuro
La película sorprende por su manejo del humor, su intención transgresora y la reflexión que plantea sobre una sociedad que parece castigar a aquellos que abrazan la bondad. Además, destaca por un elenco de actores inspirados, entre ellos, Jose Corbacho, Malena Alterio y Julián Villagrán, quienes interpretan roles que contribuyen a la trama de forma notable.
El desafío de la dualidad
Arturo Valls, quien interpreta a Pepe en la película, reconoce la influencia de Rafael Azcona en la producción y la importancia de explorar las miserias humanas a través del humor. La película aborda la dualidad del ser humano, mostrando cómo la maldad puede resultar atractiva y cómo, a veces, la bondad es castigada por la sociedad.
El actor detrás del personaje
Arturo Valls, reconocido por su participación en programas televisivos, demuestra su versatilidad al interpretar a Pepe, un personaje que desafía sus habilidades actorales. Valls reflexiona sobre los prejuicios que enfrenta como actor y su interés en participar en proyectos que desafíen las expectativas del público.
El compromiso con el cine independiente
Valls, además de su labor como actor, se involucra en la producción de proyectos cinematográficos arriesgados que buscan ofrecer una experiencia única al espectador. Destaca su apoyo a películas independientes que buscan mantener su identidad y originalidad en un mercado dominado por producciones comerciales.
La polémica y el humor
Ante las críticas sobre la corrección política en el humor, Valls defiende la importancia del contexto al abordar temas controversiales. Considera que el humor puede ser una herramienta poderosa siempre y cuando esté justificado y se emplee con sensibilidad, evitando caer en la burla gratuita.
