El Comienzo de una Nueva Era
La imagen clásica de un apocalipsis zombi es inconfundible: un virus que emerge de laboratorios oscuros o una infección tropical que transforma a los humanos en monstruos hambrientos. Sin embargo, en esta narración nos adentramos en un futuro donde la humanidad ha desaparecido, dejando atrás un mundo habitado por muertos vivientes y animales abandonados.
El Destino de los Animales
Con la desaparición de la raza humana, los animales no se han escapado del destino que les espera. Los perros, con su fidelidad inquebrantable, fueron los primeros afectados; los gatos, como son astutos, siguieron su camino. Las granjas se convirtieron en tumbas para vacas, cerdos y corderos, mientras que pájaros e insectos se mantenían en un misterio desconcertante.
La Vida Después del Fin
Un día, los zombies se reunieron en una ciudad desolada, un escenario de coches abandonados y tiendas saqueadas. En este entorno, se dieron cuenta de que su existencia parecía carente de propósito. Las utopías formadas por grupos de supervivientes habían caído en el olvido, y la última de éstas, una civilización en la isla canadiense, había sido destruida por un simple gato infectado.
El Nacimiento de una Nueva Creatividad
Con la necesidad de redefinir su propósito, los zombis empezaron a explorar nuevas ideas. La propuesta de convertir peces en zombis fue rechazada con una risa. Sin embargo, uno de sus miembros sugirió una idea revolucionaria: reconstruir las estructuras humanas que habían sido abandonadas. Al principio, parecía un disparate, pero pronto empezaron a trabajar con una dedicación sorprendente.
La Reconstrucción de un Mundo
Los zombis empezaron con las casas, pero su ambición no se detuvo ahí. A medida que avanzaban, reconstruían tiendas, hospitales, e incluso infraestructuras como puentes y carreteras. Su creatividad se desbordó, y empezaron a construir edificios que desafían la gravedad y la lógica, con formas y colores que capturaban la esencia de un nuevo arte.
Armonía en la Muerte
En ese nuevo orden, la colaboración y la creatividad se convirtieron en sus normas. Sin la necesidad de comer, dormir o discutir, los zombies trabajaban en perfecta armonía, creando un entorno donde el arte y la arquitectura se fundían en una nueva realidad. Pero, como ocurre a menudo en las mejores historias, un imprevisto puso en peligro esta utopía: un pez payaso, infectado por un virus, rompió esta serenidad.
Reflexiones sobre la Humanidad
Esta historia nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la vida, la creatividad y la capacidad de reinvención. En un mundo en el que todo parece perdido, incluso los muertos pueden encontrar un nuevo camino, recordándonos que la vida, en cualquiera de sus formas, siempre encuentra una manera de expresarse. La pregunta que queda es: ¿qué haremos nosotros, los vivos, con las oportunidades que se nos presentan?