El escenario de la gloria: el Coliseo de la Cartuja
Bajo la imponente mirada del Coliseo de la Cartuja, dos titanes del fútbol español, el Athletic Club y el Real Mallorca, se enfrentaron en una batalla por la gloria en la final de la Copa del Rey. El Athletic, un equipo histórico ansioso por romper una sequía de 40 años sin títulos, se enfrentó al Mallorca, un equipo sorpresa que había llegado hasta la final con un juego valiente y decidido.
El Mallorca da el primer golpe: el gladiador Dani Rodríguez
El partido comenzó con el Mallorca tomando la iniciativa, fiel a su estilo directo y defensivo. El Athletic, por su parte, dominó la posesión pero no logró crear ocasiones claras. En el minuto 20, el gladiador Dani Rodríguez aprovechó un córner para asestar el primer golpe, enviando el balón al fondo de la red con un disparo certero.
El Athletic se repone: el rugido de Oihan Sancet
El gol del Mallorca sacudió al Athletic, pero los leones respondieron con determinación. Cinco minutos después del descanso, Oihan Sancet aprovechó un error del Mallorca para igualar el marcador con un disparo preciso. El Athletic, impulsado por el rugido de su afición, se lanzó al ataque en busca de la victoria.
La prórroga: un duelo de resistencia
El partido se fue a la prórroga, donde ambos equipos lucharon incansablemente por la victoria. El Mallorca, cansado pero decidido, resistió los embates del Athletic. Nico Williams, el joven prodigio del Athletic, tuvo varias ocasiones para desequilibrar la balanza, pero la defensa del Mallorca se mantuvo firme.
Los penaltis: el destino en juego
Con el marcador empatado tras la prórroga, el destino de la Copa se decidió en los penaltis. El Athletic, con la experiencia de su portero Unai Simón, se impuso al Mallorca. Morlanes y Radonjic fallaron sus lanzamientos, mientras que Alex Berenguer anotó el gol decisivo que dio la victoria al Athletic.
La Gabarra vuelve a Bilbao: el triunfo de los leones
Tras 40 años de espera, el Athletic Club volvió a levantar la Copa del Rey. Los leones celebraron su victoria con júbilo, sacando La Gabarra, el emblemático barco que transporta el trofeo por las calles de Bilbao. El Mallorca, a pesar de la derrota, se ganó el respeto y la admiración de los aficionados por su lucha y entrega.
Una final para la historia: el fútbol español en su máxima expresión
La final de la Copa del Rey entre el Athletic Club y el Real Mallorca fue un espectáculo digno de recordar. Dos equipos, dos estilos, un solo objetivo: la gloria. El Athletic, con su historia y su pasión, demostró que sigue siendo un gigante del fútbol español. El Mallorca, con su espíritu de lucha y su juego atrevido, se ganó el corazón de los aficionados. Juntos, escribieron un nuevo capítulo en la historia de la Copa del Rey, un capítulo que quedará grabado en la memoria de los amantes del fútbol.
