La decisión de la RFEF
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha tomado la decisión de apartar a Albert Luque de su cargo de director de la selección masculina de fútbol. Esta medida se ha aplicado también a Rubén Rivera, responsable del departamento de marketing del organismo federativo. Estas acciones se han tomado después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional haya solicitado un año y seis meses de cárcel para ambos acusados, por un presunto delito de coacciones a Jennifer Hermoso.
Respecto a la presunción de inocencia
La RFEF ha manifestado su respeto a la presunción de inocencia de Luque y Rivera, hasta que exista sentencia judicial firme. Sin embargo, les ha apartado de sus cargos de forma preventiva. Esta decisión se enmarca dentro del plan de actuaciones anunciado por el ente federativo, que incluye una auditoría forense y pretende depurar todas las responsabilidades que puedan derivarse frente a conductas y decisiones irregulares que se produjeron en la etapa de Luis Rubiales al frente de la Federación.
Antecedentes y contexto
Estas destituciones se suman a otros movimientos encaminados a la depuración del organismo. El pasado 17 de marzo, el ente apartó de sus cargos a los empleados que estaban siendo investigados por la Guardia Civil en el marco de la Operación Brody, que investiga pagos y contratos irregulares durante la etapa de Rubiales. Además, el RFEF rescindió el contrato con GC Legal, el despacho que lideraba Tomás González Cueto, quien ejercía de asesor jurídico externo.
Tanto Albert Luque como Rubén Rivera llegaron a la Federación durante el mandato de Rubiales, con el que ahora comparten causa judicial. Las decisiones tomadas por la RFEF se producen en un momento crítico, con la gestión del organismo en manos de una gestora presidida por Pedro Rocha, quien fuera vicepresidente económico de Rubiales y el encargado de conducir la transición hacia nuevas elecciones .
Declaraciones y contexto judicial
En sus declaraciones ante el juez, tanto Luque como Rivera negaron las acusaciones que pesan sobre ellos. Luque afirmó que no participó en las presiones que la jugadora Jenni Hermoso denunció haber sufrido por parte de miembros de la RFEF. Rivera, por su parte, se desmarcó del delito de coacciones que le atribuye el juez, asegurando que nadie de la Federación le insistió para que hablara con Hermoso.
