Una nueva estrategia en el comercio internacional
A partir del miércoles, Estados Unidos ha decidido implementar una reducción significativa en los aranceles aplicados a las importaciones de pequeños paquetes de China, del 120% al 54%. Este cambio ocurre justo después de un acuerdo entre Washington y Beijing para detener temporalmente las hostilidades en la guerra comercial que ha marcado las relaciones entre las dos potencias.
Impacto en las empresas y el mercado
Con esta nueva política, las importaciones que no excedan los $ 800 se beneficiarán de una tasa mínima de $ 100, una medida que permitirá a empresas chinas como Shein y Temu recuperar la competitividad en el mercado estadounidense. Anteriormente, estas compañías habían encontrado una brecha legal para exportar sin tarifas hasta que, en febrero, el ex presidente Donald Trump aumentó las tasas a niveles sin precedentes.
Conversaciones clave y futuras de comercio
Después de días intensos de negociación en Ginebra, se ha llegado a un acuerdo que implica un descanso de 90 días en las tensiones comerciales. Ambas naciones se han comprometido a reducir sus aranceles en un 115%, un paso que abre la puerta a posibles avances en las relaciones comerciales.
Un diálogo que podría cambiar las reglas del juego
El presidente Trump planea reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, a fines de esta semana, con el objetivo de fomentar un clima de décimo en la relación comercial conflictiva. Aunque ha descartado el aumento de las tarifas en un 145%, ha dejado la puerta abierta a futuras revisiones basadas en la evolución del diálogo.
El Gir de la Política Comercial
La política de Trump, que había promovido previamente aranceles de más del 20% contra varios países, incluido un aumento drástico contra China, ha experimentado un giro significativo. Esta revaluación se debe a la volatilidad en los mercados y las presiones económicas, lo que ha llevado a una revisión de las estrategias comerciales.
Una justificación estratégica
El presidente ha defendido su política de tarifas como una herramienta de negociación para condiciones más favorables para los Estados Unidos, argumentando que este enfoque podría generar nuevos empleos y fomentar la producción interna. Sin embargo, el 10% de los aranceles sobre la mayoría de los productos importados, así como el 25% en vehículos y materiales metálicos, todavía están en vigor, excepto en el caso del Reino Unido, con quien recientemente se lanzó un nuevo acuerdo comercial.