Un nuevo rumbo para la calle Guimerà
La conocida vía Guimerà de Manresa, uno de los puntos neurálgicos del comercio local, se está preparando para una metamorfosis significativa. Con un presupuesto de 5,7 millones de euros, la ciudad se propone transformar esta arteria en un espacio exclusivamente peatonal, una iniciativa que promete cambios importantes en el tráfico y el ambiente de la zona.
Controversia sobre la financiación de las obras
Sin embargo, la reestructuración no llega sin controversias. Los vecinos y comerciantes afectados tendrán que asumir un 30% del coste total de las obras mediante contribuciones especiales, una medida que ha generado malestar. Por ejemplo, un propietario de una vivienda de 80 metros cuadrados se verá obligado a desembolsar alrededor de 1.200 euros, cantidad que muchos consideran excesiva.
La oposición de los afectados
Como respuesta a esta carga financiera, los residentes han presentado 127 recursos en el Ayuntamiento, instado a reconsiderar esta modalidad de pago. Neus Uró, propietaria de una joyería en la zona, y Joan Tomasa, que gestiona una bodega, son sólo dos ejemplos de comerciantes que expresan preocupaciones sobre la sostenibilidad de esta inversión en un momento económico delicado.
Visión optimista del alcalde
A pesar de las críticas, el alcalde defiende firmemente la iniciativa, afirmando que las zonas peatonales son el futuro de las ciudades modernas. Argumenta que la creación de espacios más seguros y placenteros para los ciudadanos es esencial, no sólo para el bienestar social, sino también para la sostenibilidad ambiental, destacando la importancia de tener árboles y zonas verdes que ayudan a regular la temperatura.
El valor añadido de la transformación
Además, el alcalde considera que estas obras no sólo beneficiarán a los peatones, sino que también aumentarán el valor de las propiedades de la zona. Esta afirmación, sin embargo, es puesta en duda por muchos comerciantes, que recuerdan experiencias pasadas en las que los aumentos de valor no se han materializado como se había prometido.
Preocupaciones sobre la circulación
La preocupación no sólo se limita al coste de las obras. Los vecinos también expresan inquietudes sobre cómo se va a gestionar el tráfico tras la conversión de la calle. Según el abogado Sergi Roca, es esencial analizar a fondo los cambios que afectarán a la circulación de vehículos y al aparcamiento, aspectos que podrían influir en la calidad de vida de los residentes y el funcionamiento del comercio local.
Un futuro incierto
Con el inicio de las obras, el futuro de la calle Guimerà se presenta con incertidumbres. Si bien la visión de un espacio más accesible y agradable es compartida por muchos, la carga financiera y las implicaciones circulatorias generan un intenso debate que podría influir en su ejecución. La situación actual plantea preguntas sobre la viabilidad de un proyecto que pretende transformar el centro de Manresa en un entorno más habitable, en espera de que las voces de los afectados sean escuchadas y tenidas en cuenta en el proceso.