Un tesoro oculto en Besançon

La historia de unos niños refugiados y un escultor exiliado

En el libro Un país extranjero, de Miquel Berga, hay una historia que nos conmueve. Es la historia de dos niños que fueron acogidos en Tossa, junto con otros niños que habían perdido a la familia o habían tenido que huir de la guerra. Estos niños tuvieron la suerte de encontrarse con el escultor Enric Casanovas y su esposa, Leonor Guerri, que los protegieron y acompañaron hasta Besançon, una ciudad de Francia a la que llegaron después de muchas peripecias.

En Besançon, la colonia infantil halló un refugio temporal, pero también una nueva separación. Los niños fueron repatriados a México oa París, según los casos, y la familia Casanovas se quedó sola, viviendo de la generosidad de los vecinos (un relojero, un oficial judío). Pero lo que no sabíamos es que en Besançon había un tesoro oculto, unas pinturas que el escultor hizo para la Casa del Pueblo, por encargo de los sindicalistas que le ayudaron en el exilio.

Unas pinturas que celebran los trabajadores y los oficios

Las pinturas de Casanovas ocupaban 25 metros de pared y mostraban escenas de su vida laboral, con un estilo realista y emotivo. Eran unos murales que reivindicaban la fuerza y ​​la dignidad de los trabajadores y de los oficios, unos murales que reflejaban todo lo que el artista había aprendido y vivido en el exilio. Pero estas pinturas quedaron olvidadas durante años, hasta que en el 2016 se editó una pequeña publicación para recaudar fondos para su restauración. Las pinturas se trasladaron al Museo del Tiempo de Besançon, donde esperan ver de nuevo la luz.

El Museu del Temps, un lugar donde se encuentran los niños y los artistas

El Museo del Tiempo de Besançon es un lugar singular, donde se conservan relojes, instrumentos científicos y obras de arte relacionadas con el tiempo. Es un lugar donde el tiempo se detiene y recupera, donde los niños y los artistas que sufrieron la guerra se reencuentran y se consuelan. Es un lugar donde el libro de Miquel Berga y las pinturas de Casanovas nos hablan de un país extranjero, pero también de nuestro país.

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