Una vida dedicada a la escultura
Francisco Badía, nacido en Foios en 1906, es reconocido como uno de los grandes escultores de la escultura abstracta en bronce. Su obra perdura en la memoria colectiva, exhibiéndose en varios sitios hasta nuestros días.
Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, donde tuvo contacto con destacados artistas como Josep Renau, Rafael Pérez Contel y los hermanos Arturo y Vicente Ballester Marco. Además militó en movimientos vanguardistas y fue un artista políticamente comprometido durante la República y la Guerra Civil.
Tras el exilio en París, su obra se orientó hacia un expresionismo ligado a los presupuestos estéticos surrealistas. Posteriormente, se adentró en un lenguaje expresionista y surrealista, creando obras que reflejaban el drama existencial del hombre moderno.
Una obra relevante
Badía es considerado el más importante escultor español en bronce pequeño, además de trabajar en otros materiales como la escayola, la terracota o la madera. Su obra es una de las más relevantes del país y destaca por su contribución a la abstracción escultórica.
Sus obras más abstractas, como Figura, ofrecen una visión transversal de su evolución artística, mostrando una preocupación antropológica y una sensación de irrealidad propia de un mundo deteriorado y artificial.
Reconocimiento y legado
Pese a no haber tenido muchas exposiciones, su obra se presenta como una de las más importantes dentro de la escultura valenciana de la Segunda República española. Hoy en día, gran parte de su obra se puede contemplar en el Museo del Campus Escultórico (MUCAES-UPV), donde se muestran obras impresionantes que lo colocan como un verdadero genio de la escultura.
Francisco Badía es recordado como un increíble creador de figuras metálicas, dejando un legado artístico que perdurará en la memoria colectiva para siempre.