Una guerra de reinas enfrentadas
En Zarzuela se está librando una batalla que lleva semanas dejando de ser sibilina, florentina, de esgrima y ya está con machetes. Es la continuación de la llamada guerra de reinas que alcanzó su cima con una famosa escena en la catedral de Palma un Domingo de Pascua. En esta ocasión, Letícia humilió a Sofía ante las cámaras, encarándose en ella ante la perplejidad de Felipe y de España. Desde entonces, Letizia ha tratado de disimular el profundo desprecio que tiene por su suegra. Sofía, por su parte, le ha rechazado siempre, considerándola plebeya y ahora adúltera. La animadversión es recíproca.
El papel de Leticia
El problema es que el asunto Del Burgo, que nunca se detiene, ha acabado dando en parte la razón a la emérita, que no veía con buenos ojos a Letizia al frente de Casa Real. Ante este escándalo, Felip ha decidido tomar una decisión contundente: arrinconar a Leticia en la agenda oficial. Esto ha supuesto un cambio significativo en el papel de Letizia, que ahora se ve relegada y humillada.
La situación actual
Es un secreto a voces que la reina Letizia hace más de un mes que no preside ni un solo acto oficial. Toda la agenda es de Felipe y en contadas ocasiones le acompaña su esposa de comparsa. Esta humillación es aún mayor cuando se compara con la situación de Sofía, que pese a tener 85 años y haber sido convaleciente, sigue teniendo actos propios y ejerciendo de la verdadera reina de España. Esta semana, Letícia sólo aparecerá el sábado de comparsa de Felipe en un acto castrense. En cambio, Sofía ha asistido a un acto oficial en el que Leticia no ha estado presente. Esta situación demuestra claramente la guerra enterrada entre reinas.
El juego de Zarzuela
Felipe ha accedido a las demandas de Leticia por temor a que una reina desatada y divorciada pueda iniciar una campaña destructiva para la Corona. Así, Sofía ocupa ahora el lugar de Letizia a los ojos de la prensa, de la opinión pública y, lo que es más peligroso para Letizia, a sus propios ojos. Este juego de poder es evidente y busca minar la posición de Letizia como reina de España.
Conclusión
La batalla en Zarzuela continúa y las tensiones entre Letizia y Sofía no parecen tener fin. Mientras Leticia es apartada y humillada, Sofía ocupa el puesto que antes era de Letícia. Sin embargo, esta situación se presenta como un accidente para no hacer evidentes las tensiones entre las dos reinas. La guerra de reinas continúa y el desenlace de esta batalla es todavía incierto.
