¿Qué es el anisakis?
El anisakis es un parásito que se encuentra en el pescado y los cefalópodos, como el calamar, el pulpo y la sepia. Puede causar alteraciones digestivas conocidas como anisakiasis, así como reacciones alérgicas que en algunos casos pueden ser graves.
¿Cómo se contrae la anisakiasis?
La anisakiasis se contrae al consumir pescado o cefalópodos crudos o mal cocidos que están infectados con el parásito. Es importante tener en cuenta que no todos los pescados están infectados con anisakis, por lo que no siempre corremos el riesgo de sufrir esta enfermedad al comer pescado.
Pescados que pueden contener anisakis
Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), se ha encontrado anisakis en hasta un 36% del pescado consumido en España, siendo la mitad de estos casos provenientes del Cantábrico. La merluza es el pescado que presenta mayor proporción de anisakis, con un 96% de los ejemplares infectados. Le siguen la caballa con un 87%, el jurel con un 67% y el bacalao con un 62%. Sin embargo, es importante destacar que cualquier tipo de pescado, incluyendo los de agua dulce y salada, así como los cefalópodos, pueden estar infectados con anisakis.
Pescados con menor riesgo de anisakis
Los moluscos como los mejillones, las almejas y los berberechos, así como los peces salados y secos, no presentan riesgo de anisakis. Además, si el pescado se cocina adecuadamente a una temperatura superior a 60 grados, el parásito muere y no representa peligro para la salud. Los peces de agua dulce como las truchas, las carpas y las percas también son considerados seguros, ya que no se han encontrado casos de anisakis en estos peces.
¿Cómo detectar el anisakis?
Para detectar la presencia de anisakis en el pescado, se pueden seguir tres fases importantes: la inspección visual, el uso de métodos de detección y técnicas avanzadas. En cuanto a la inspección visual, es relevante examinar el aspecto del pescado, su color y forma, así como revisar las vísceras. Los métodos de detección más importantes incluyen el examen bajo luz brillante y la transiluminación. Por último, la inspección con rayos X es una técnica muy útil y ampliamente utilizada.