La crítica de Azcón en el Senado
El Presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, ha expresado su descontento en el Senado respecto a la Ley de Amnistía, calificándola como un atentado a la democracia española. La comparecencia de Azcón se llevó a cabo junto a los presidentes autonómicos del PP y Pere Aragonés para discutir sobre esta controvertida legislación.
Ausencia y crítica
Azcón inició su intervención criticando la falta de presencia de representantes del resto de las comunidades autónomas y del Gobierno de España, calificándolo como una falta de respeto. También cuestionó la ausencia de sentido institucional de algunos participantes.
Representante de Aragón
Azcón afirmó que asistió a la comisión como representante de todos los aragoneses y no de un partido en particular, destacando la importancia de no burlarse de la comunidad aragonesa.
Críticas a la ley y a Sánchez
Durante su intervención, Azcón criticó el proceso de aprobación de la Ley de Amnistía, censurando directamente la postura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien acusó de estar dispuesto a pagar cualquier precio para mantenerse en el poder. Además, arremetió contra las declaraciones de Aragonés en relación al referéndum en Cataluña.
Dudas sobre la reconciliación
Azcón expresó su escepticismo respecto a la genuinidad de la amnistía, argumentando que su objetivo final es una transacción entre Sánchez y los independentistas a cambio de votos, advirtiendo que esto no persigue la reconciliación, ya que no hay arrepentimiento por parte de los condenados.
Ataque a la democracia
El presidente aragonés comparó el referéndum catalán con sucesos históricos como el 23F y el terrorismo, considerándolos como grandes atentados a la democracia española. En su opinión, la colaboración activa del gobierno de Sánchez en este último lo convierte en el mayor atentado y la mayor corrupción de nuestra democracia.
Rompiendo principios
Finalmente, Azcón concluyó afirmando que la aplicación de la ley rompe el principio de igualdad y el estado de derecho, dividiendo a los españoles y generando una sensación de superioridad en algunos sectores. Desde Aragón, se comprometió a seguir oponiéndose a lo que considera una ley vergonzosa para la democracia española.