Barcelona: un viaje a través del proteccionismo histórico

Proteccionismo como pilar de crecimiento

En un nuevo capítulo de su serie sobre la historia de Barcelona, ​​el periodista Antonio Baños Bonompain aborda la influencia del proteccionismo en el desarrollo industrial de la ciudad. Según Baños, el éxito económico de Barcelona es inseparable de esta política. «Los catalanes viajaron a Madrid para reclamar las medidas que permitieron su expansión industrial», dice con un tono irónico que invita a la reflexión.

Aranceles y monopolios: un viaje al pasado

Baños vuelve a la Edad Media, donde se destaca el Lleda, una de las primeras tarifas establecidas por Jaume I. Este impuesto registró productos como pimienta y cobre, que llegaron por mar a un Barcelona que aún no tenía un puerto. El rey otorgó a William de Mediona el monopolio de la recolección, una decisión que marcaría la dirección económica de la ciudad.

Conflictos e impuestos

El artículo cambia hacia la época del Trastamara, cuando Ferdinand me opuso al pago del vectigal de la carne, un conflicto que desencadenó un choque memorable en 1416. «Vectigalia King publica Esse, no tua», dijo el consejero Joan Fiveller en el recuento de Barcelona, ​​lo que reafirmó que los impuestos pertenecen al estado. Hoy, una estatua en la fachada del Ayuntamiento conmemora este momento clave, inmortalizado por el artista Ramon Tusquets I Maignon.

El impacto del proteccionismo en la vida cotidiana

Un salto temporal nos lleva al siglo XIX, en un momento en que las paredes de Barcelona habían desaparecido. Los inspectores se instalan en cabinas para recolectar productos de entrada de productos, principalmente alimentos. El Bullanga de 1842, un incidente que estalló cuando un grupo de trabajadores intentó ingresar a la ciudad con vino, ejemplifica la tensión social derivada de este sistema.

Barrios con historia fiscal

Baños también destaca el origen de varios vecindarios en Barcelona relacionados con la recaudación de impuestos. Hostafrancs, por ejemplo, lleva el nombre de un albergue que sirvió como refugio para las golondrinas cuando se cerraron las paredes. Por otro lado, la Zona Franca, nacida como un puerto libre de impuestos, fue un reclamo de comerciantes a fines del siglo XIX, y fue otorgado por Alfonso XIII en 1920, antes de ser administrado por puertos del estado en 1992.

Reflexiones sobre el presente y el futuro

Mientras Baños explora estas narraciones, estamos invitados a pensar en cómo las decisiones del pasado continúan influyendo en el presente. La historia del proteccionismo en Barcelona no es solo una lección sobre su economía, sino también sobre la identidad y la cultura de una ciudad que siempre ha evolucionado constantemente.

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