Un retorno inesperado a ‘de Viernes’
Carlo Costanzia hizo una presencia en el programa ‘De Viernes’, que marcó un nuevo capítulo en su relación con los medios de comunicación. Después de un largo período de ausencia, el actor se propuso compartir detalles sobre su vida personal, pero la situación dio un giro inesperado.
Un choque con colaboradores
Durante la entrevista, la tensión era palpable. Costanzia, que generalmente está lejos del enfoque de los medios, eligió hacer una apariencia cautelosa. Sus respuestas cortas y evasivas llevaron a la frustración de los colaboradores, que no dudaron en expresar su incomodidad con su actitud.
El problema prohibitivo que surgió
El momento clave de la noche ocurrió cuando Ángela Porteroo hizo una alusión indirecta al embarazo de Jeimy Báez, ex esposa de Costanzia. Aunque este problema había sido expresamente excluido de la conversación, Porteroo decidió no contenerse. ‘La semana pasada tu ex ingles reveló que está embarazada. Sin embargo, es un tema que no podemos tocar aquí mediante un acuerdo de contrato ‘, dijo, creando una atmósfera de tensión.
Costanzia se defiende firmemente
Ante el interés insistente de Porteroo, Costanzia respondió con determinación, diciendo que la decisión de no abordar al tema era para «imposición de contrato». Esta declaración dejó en claro que su postura era inamovible. «Lo dijiste, no se hablará», dijo, cerrando así la puerta a más preguntas sobre el tema.
Un resplandor final decide
No contento con la respuesta, Porteroo preguntó quién había establecido el veto, a qué Costanzia respondió con una mirada desafiante: ‘Yo mismo, ¿piensas bien?’ Con esta declaración, tomó el control de la conversación, dejando atrás las preguntas incómodas y transmitiendo a un nuevo tema.
Reflexiones sobre la relación con los medios
Esta aparición de Carlo Costanzia en ‘De Viernes’ no solo ha destacado sus intenciones de manejar su narrativa personal, sino que también reveló la complejidad de las relaciones entre las celebridades y los medios de comunicación. Su actitud decidida podría marcar un nuevo precedente en cómo las celebridades enfrentan preguntas difíciles y la presión del público.