Un legado científico de 121 años
Ubicado en la majestuosidad de la gama Collserola, el Observatorio Fabra, uno de los más emblemáticos de Barcelona, conmemora este abril un impresionante aniversario: 121 años de historia. Esta institución, parte de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, es un pilar fundamental en el estudio de meteorología, astronomía y sismología.
Origen y evolución del observatorio
En 1894, la Royal Academy concibió el plan de un nuevo observatorio astronómico en Tibidabo, diseñado para reemplazar las instalaciones más antiguas de La Rambla, donde se ubicaron los instrumentos meteorológicos. Sin embargo, no fue sino hasta 1901, gracias a los esfuerzos del marqués de Alella, Camil Fabra, que este proyecto tomó forma, culminando en la inauguración el 7 de abril de 1904. Inicialmente, el Observatorio se llamó Obidabo Observatorio, aunque pronto se renombró en honor a su promotor.
Los primeros años bajo la dirección de Comas y Solà
Los primeros años de operación fueron dirigidos por Comas y Solà, quien fue sucedido en 1912 por el conocido Eduard Fontserè, un pionero en meteorología catalán. Durante este período, el Observatorio obtuvo un reconocimiento científico notable, que fue interrumpido por la Guerra Civil.
Actividades actuales del observatorio
El 4 de marzo de 2014, el Gobierno de la General de Catalunya declaró el Observatorio Fabra como un activo cultural de interés nacional, enfatizando su importancia como un monumento histórico. Hoy, el Observatorio ha experimentado renovaciones que han permitido revitalizar su misión científica, centrándose en el estudio de asteroides y cometas a través de colaboraciones internacionales.
Un centro de divulgación científica
Además de su investigación, el Observatorio Fabra se ha convertido en un punto de referencia en la difusión científica, ofreciendo visitas guiadas, conversaciones y eventos que permiten al público conocer su rica historia y avances en astronomía.
Un punto de referencia en datos climáticos
Con más de cien años de registros meteorológicos, el Observatorio Fabra, junto con el Observatorio Ebro, se ha establecido como uno de los centros más importantes a nivel nacional para el estudio del clima, proporcionando datos esenciales para el análisis de las tendencias del cambio climático y su evolución futura.