Un cambio de dirección inesperado
Recientemente, los trabajos en la calle Santa Clara de Vilafranca han llevado a un intenso debate entre los diferentes grupos municipales, que han expresado su insatisfacción con la gestión del órgano rector. El alcalde Francisco Romero ha defendido las obras como medidas para mantener y mejorar la acera, pero la decisión de mantener las dos vías del camino ha generado un clima de controversia.
Un ambicioso plan inicial
Inicialmente, el Ayuntamiento había considerado la implementación de un sentido único de circulación, alineándose con las recomendaciones del plan de movilidad urbana. Este plan busca promover la unidireccionalidad en las calles para una mejor fluidez del tráfico. Sin embargo, la estrategia ha cambiado, y ahora la bidireccionalidad es nuevamente la norma.
Factores que han influido en la decisión
Según el Ayuntamiento, la razón de este turno es la necesidad de resolver primero los problemas de movilidad en otras calles con alta densidad de vehículos, como los del CID y Dos de Maig. Además, queremos estabilizar las modificaciones alrededor de las escuelas antes de hacer cambios significativos.
Reacciones de oposición
Los grupos de oposición no han tomado la decisión de criticar. ERC enfatizó la falta de consistencia en los trabajos, acusando al órgano gobernante de no seguir las recomendaciones de los técnicos municipales. La capacitación ha requerido más transparencia y detalles sobre el estudio que justifica el cambio de dirección.
Propuestas alternativas
Juntos, ha cuestionado la falta de mejoras sustanciales en el pavimento y expresó su preocupación por la eliminación de árboles y espacios de estacionamiento. Creen que estas decisiones no reflejan una prioridad para el estacionamiento en el centro de la ciudad.
Una visión perdida sobre la movilidad sostenible
La Copa de Grupos Municipales y Vilafranca en Comú han enfatizado la oportunidad perdida de transformar Vilafranca en una ciudad más ecológica y enfocada en las personas. Critican que las obras no han ayudado a crear carriles para bicicletas o a aumentar los árboles, aspectos que consideran fundamentales para una ciudad más sostenible.
Un futuro incierto para la movilidad en Vilafranca
Con esta situación, la intervención en la calle Santa Clara se convierte en un ejemplo de las tensiones que existen entre las necesidades de tráfico y las aspiraciones de movilidad sostenible. La sociedad civil y los grupos políticos continuarán monitoreando la evolución de estas obras y su capacidad para influir en la calidad de vida de la Vilafranca.