Una cita inesperada
El reciente nombramiento de Daniel Palau como obispo de Lleida, anunciado por el Papa Leo XIV, ha sorprendido tanto a él como a la comunidad. En una entrevista con el programa ‘sin distancia’ de Radio Estel, Palau compartió que su reacción inicial se sorprendió, tomando un tiempo para reflexionar sobre esta nueva etapa en su vida.
Compromiso con la diócesis
Viniendo de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat, Palau ha expresado gran entusiasmo y compromiso con su nuevo ministerio. Con un enfoque de colaboración y trabajo conjunto, ha declarado su deseo de satisfacer las necesidades de la comunidad, incluidos aquellos que se sienten lejos de la iglesia.
Diálogo y espacios de bienvenida
El nuevo obispo enfatizó la importancia de crear espacios de encuentro para todos los creyentes, con el objetivo de fomentar un diálogo abierto e inclusivo, lo que permite compartir alegrías y preocupaciones sin exclusiones.
Una nueva etapa en su carrera
A los 52 años, Palau se está preparando para renunciar como decano de la Facultad de Teología de Cataluña para asumir esta nueva responsabilidad. Su acuerdo episcopal tendrá lugar el 19 de julio en la nueva Catedral de Lleida, marcando un momento significativo en su vida profesional y personal.
Calificaciones salientes del obispo
Salvador Giménez Valls, el anterior obispo de Lleida, elogió la selección de su sucesor, destacando su juventud, su extenso plan de estudios y su sólida capacitación académica. Giménez Valls ha expresado su deseo de transmitir al nuevo obispo los desafíos que enfrenta la diócesis, incluida la disminución de las vocaciones en el sacerdocio y la vida consagrada.
Conflictos que marcan el pasado
Además, el obispo saliente ha compartido su tristeza por las tensiones entre las diócesis de Lleida y Barbastre, relacionado con el arte de la Franja, un tema que ha dejado una marca en su carrera, deseando que este episodio no se repita en el futuro.