Momentos de tensión en el Congreso
El debate final de la ley de amnistía en el Congreso ha estado marcado por momentos de mucha tensión. Tras una primera parte donde las intervenciones de Míriam Nogueras y Gabriel Rufián destacaron la importancia de esta ley para el movimiento independentista y la sociedad en general, llegó el turno de Santiago Abascal. Con su tono enérgico y contundente, Abascal ha criticado duramente esta ley, calificándola como un atentado contra los españoles. Gerardo Pisarello, diputado de Sumar, ha pedido la palabra para responder a las críticas de Vox.
Respuesta contundente de Pisarello
Pisarello ha recibido aplausos de varios diputados, no sólo de su espacio político, pero también de diputados de otros partidos. Destacó que su espacio político está limpio de republicanos andaluces y afirmó que, pese a su procedencia, está orgulloso de ser de Cataluña y latinoamericano. Ha criticado duramente a Vox, acusándoles de formar parte de organizaciones islamófobas y antisemitas. También mencionó la foto de Abascal con Netanyahu, después de que España reconociera el estado palestino, como ejemplo de su postura.
Gritos e insultos en el Congreso
A partir de ahí, el Congreso se ha convertido en un escenario de gritos, reproches e insultos entre los parlamentarios de distintos partidos. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha tenido que pedir orden en varias ocasiones. Los diputados de Vox han intentado boicotear las intervenciones de los socialistas, pero Armengol ha reprochado su actitud y ha recibido aplausos de la bancada de investidura. En medio de este caos, Manuel Mariscal, diputado de Vox, ha protagonizado momentos de tensión con diputados de otros partidos.
Conclusión
En resumen, el debate final de la ley de amnistía en el Congreso ha estado marcado por momentos de tensión y confrontación entre los distintos partidos. Las intervenciones de Míriam Nogueras, Gabriel Rufián, Santiago Abascal y Gerardo Pisarello han generado reacciones diversas y han puesto de manifiesto las diferencias políticas e ideológicas. Los gritos, reproches e insultos han reflejado la polarización y tensión que existe en la actual escena política española.
