El cambio político en la cancillería de Barcelona
En el año 1412, en Caspe, Fernando de Trastámara fue elegido para suceder a Martín I, marcando un cambio radical en la política catalanoaragonesa. Esta elección puso fin a una tradición dinástica catalana de más de cinco siglos, introduciendo una estirpe extranjera en el gobierno de la Corona.
Orígenes de Fernando de Trastámara
Fernando de Trastámara nació en 1380 en Medina del Campo, como el segundo hijo del rey Juan I de Castilla y León y Leonor de Aragón, hija del rey Pedro III de Catalunya y Aragón. Su matrimonio con Leonor de Alburquerque, la heredera más rica de la Corona castellanoleonesa, lo vinculó estrechamente a la política y las finanzas de la región.
Ascenso político de Fernando de Trastámara
Tras la muerte prematura de su padre y su hermano mayor, Fernando se vio envuelto en la política castellanoleonesa, asumiendo un papel relevante durante la regencia de su sobrino Juan II. Su enfoque político, en contraste con la tradición de la casa Trastámara, se alineó con las clases mercantiles y la baja nobleza, marcando un cambio significativo en la dirección política de la región.
Influencia en la política catalanoaragonesa
Fernando de Trastámara se convirtió en un candidato apoyado por las clases mercantiles de Barcelona y València, lo que lo llevó a ganar la elección de Caspe en 1412. Su perfil y experiencia lo posicionaron como un defensor de un sistema político autoritario, desafiando el poder de la aristocracia latifundista y promoviendo un proyecto de unidad dinástica peninsular.
Orígenes de la dinastía Trastámara
La ascendencia de Fernando de Trastámara se remonta a Enrique II de Castilla y León, el primer Trastámara en el trono de Toledo. Este linaje se caracterizó por su ascenso al poder a través de métodos controvertidos, marcando un cambio en la dirección política de la región.
Significado del patrónimo ‘Trastámara’
El patrónimo ‘Trastámara’ se originó a partir del título de conde de Trastámara, que la familia real castellanoleonesa ostentaba desde el siglo XI. Este título, vinculado a un dominio señorial en Galicia, se convirtió en el patrónimo de una de las estirpes reales más poderosas de la Europa del siglo XV.