Un reto para barcelona
La ciudad de Barcelona lleva tiempo enfrentándose a un problema relacionado con el turismo. Videos que circulan en redes sociales donde expats y nómadas digitales opinan que no les parece caro pagar cuatro euros por un café en el centro de Barcelona, han generado indignación. Asimismo, el aumento continuo en los precios del alquiler y la dificultad para adquirir una vivienda en la capital catalana son hechos ya conocidos.
En este contexto, aunque algunos insisten en que el verano aún no ha llegado –tal vez porque no ha ocurrido una ola de calor que haga inevitable sudar al salir de la ducha–, el incremento de las temperaturas está modificando los hábitos. A medida que las olas de calor se hacen más intensas y los incendios forestales son más frecuentes, los turistas están cambiando sus viajes. Según una nueva encuesta realizada por la Comisión Europea de Viajes (ETC) y compartida con The Guardian, tres de cada cuatro viajeros europeos (76%) están adaptando su comportamiento debido a la crisis climática.
Nuevas preferencias de destinos
El grave clima es ahora una preocupación importante tanto para los viajeros como para los profesionales de la industria. Este año, la ETC comenzó a preguntar a los encuestados cómo la emergencia climática afecta sus planes de viaje. El resultado: un tercio (33,7%) de los europeos evita destinos donde es probable que ocurran fenómenos meteorológicos extremos, y un 17,3% evita lugares con temperaturas extremas. Un poco más del 16% busca destinos con condiciones climáticas más estables. Además, casi uno de cada diez (8,5%) cambia los meses de sus viajes, mientras que el 10% de los viajeros preocupa las condiciones meteorológicas extremas.
A pesar de estos cambios en el comportamiento, el informe de la ETC, que encuestó a personas de Alemania, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Italia, Bélgica, Suiza, España, Polonia y Austria, encontró que los meses de agosto siguen siendo los más populares para viajar entre mayo y octubre. Las principales destinaciones siguen siendo las más cálidas, como Italia, España, Francia y Grecia.
El sol y la playa en duda
Personas que anteriormente disfrutaban del calor y del verano están ahora menos atraídas por estas condiciones o incluso preocupadas por el aumento de las temperaturas. Este fenómeno no es nuevo. El año pasado ya se especulaba que en medio de los incendios y las olas de calor, los turistas podrían comenzar a buscar otros lugares durante los meses de verano.
Proyecciones para el futuro
Un informe del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea publicado el año pasado, reveló que las regiones costeras, especialmente en el sur de Europa, verán una disminución en la demanda turística. El informe destaca que el interés turístico aumentará en abril y disminuirá en julio. A medida que cambia la demanda estacional en todo el continente, el turismo seguirá creciendo según las proyecciones.
El estudio titulado ‘Impacto regional del cambio climático en la demanda turística europea’, evaluó los cambios en la demanda turística bajo cuatro futuros climáticos: los objetivos del Acuerdo de París (1,5 °C y 2 °C) y otros dos niveles de calentamiento global más altos (3 °C y 4 °C). Las proyecciones sugieren un impacto positivo global en la demanda turística europea, con un aumento proyectado del 1,58% para el escenario de calentamiento más alto (4 °C). Sin embargo, estos resultados agregados ocultan una gran variabilidad entre regiones.
Diferencias dentro de europa
Se espera que los patrones estacionales experimenten cambios significativos con impactos variados entre regiones. Las regiones costeras del norte de Europa podrían ver un aumento de más del 5% en la demanda durante los meses de verano y principios de otoño. Por otro lado, las regiones costeras del sur prevén perder casi el 10% de los turistas de verano en comparación con la actualidad, especialmente en escenarios de clima más cálido (3 °C y 4 °C).