Preocupación creciente por la figura de Joe Biden
Joe Biden se ha convertido en una preocupación evidente para el Partido Demócrata en Estados Unidos. El miedo se inició tras el desastroso debate televisivo con Donald Trump, pero se intensificó tras el ataque contra su oponente republicano. La escena de un Trump decidido en Pensilvania, levantando el puño al estilo de Winston Churchill y exclamando “lucha, lucha, lucha” ha resaltado aún más la fragilidad de un Biden que parece incapaz de controlar sus errores. Trump ha mostrado una imagen de invencibilidad, mientras que Biden aparece abatido. Esta comparación entre un político ágil, que entiende el poder simbólico del momento, y otro que persiste en su candidatura a pesar de las señales de alerta, es dinamita en una carrera electoral. En tiempos de incertidumbre, no hay magnetismo mayor que el de un líder fuerte, del mismo modo que no hay mayor debilidad que la fragilidad percibida.
Las peticiones para que Biden se retire aumentan
Las llamadas para que Joe Biden se retire han aumentado, especialmente a medida que él se aferra obstinadamente a su candidatura. Todas las miradas se dirigen a Kamala Harris, no tanto por convicción sino por falta de alternativas. Harris es la vicepresidenta, y no hay tiempo suficiente para un reemplazo adecuado ni sería prudente quemar la carta fuerte que los demócratas tienen en reserva: Michelle Obama. Muchos dentro del partido sueñan con el momento en que la ex primera dama tome el escenario electoral, pero lanzarla ahora sin una campaña previa sólida contra un Trump formidable podría ser más perjudicial que mantener a Biden en la carrera.
La difícil situación de Kamala Harris
Las esperanzas demócratas pasan por la victoria de Donald Trump. La difícil decisión es si permitir que Biden continué y se desgaste, o si Harris será la que enfrenta el fuego. Kamala Harris, a pesar de ser una opción plausible, no cuenta con el apoyo de la mayoría de sus colegas ni el carisma popular necesario para encabezar una candidatura. Aunque inicialmente se pensó que sería la nueva Hillary Clinton, sus años como vicepresidenta han sido todo lo contrario, registrando los índices de aprobación más bajos de la historia para el cargo, con apenas un 25-28% de popularidad. Además, ha sufrido la fuga de altos cargos de su equipo, quienes han mencionado el autoritarismo como razón de su salida.
Alternativas para el Partido Demócrata
En este contexto, la convención de agosto en Chicago podría convertirse en una disputa intensa entre los distintos sectores del partido. Nada parece claro en el debate interno de los demócratas. Por un lado, influyentes senadores, líderes históricos y donantes han señalado que Biden debe retirarse. Por otro, Kamala Harris emerge como la única alternativa, aunque una opción que crea divisiones considerables. Algunos incluso piensan que Harris podría ser la candidata perfecta para perder contra Trump, preservando futuros liderazgos. Otros aseguran que, si hay que perder, que sea Biden quien lo haga, dado que él ya ha llegado a su límite.
¿Podría Biden renunciar a la presidencia?
En medio de este caos, ha surgido una nueva posibilidad que podría ofrecer oxígeno a los demócratas: la renuncia de Joe Biden, que colocaría automáticamente a Kamala Harris en la presidencia. Desde esa posición, tendría una ventaja sustancial en las próximas elecciones. Esta opción está llena de riesgos, ya que Trump podría maximizar la vulnerabilidad de una Harris cuestionada por todos lados. Sin embargo, considerando que todas las demás alternativas parecen igualmente desventajosas para los demócratas, esta podría ser la elegida. No obstante, esta ruta requiere que Biden acepte retirarse, lo cual parece muy improbable.
La cuestión central: la victoria de Trump
El consenso parece apuntar a una realidad inevitable: los caminos del Partido Demócrata conducen a la victoria de Donald Trump. La verdadera cuestión que deberán enfrentar es si permiten que Biden complete su desgaste o si será otro el que caiga en el intento. Con un terreno tan incierto, la estrategia demócrata será crucial para determinar el futuro de la presidencia en Estados Unidos.
