Una nueva etapa llena de cambios
Desde que el príncipe Harry y Meghan Markle tomaron la decisión de dar un paso atrás en sus roles como miembros seniors de la realeza británica, su vida ha experimentado una serie de cambios significativos. El traslado a California, conocido como el ‘Megxit’, marcó el inicio de una nueva etapa en sus vidas.
Sin embargo, recientemente se ha especulado con que este cambio no ha sido totalmente positivo para la pareja. Se ha observado un aumento de la tensión entre Harry y Meghan, especialmente en relación al deseo del príncipe de volver al Reino Unido.
La nostalgia por la vida anterior
Pese a haber expresado en varias ocasiones que su vida en Los Ángeles es emocionante, parece que el príncipe Harry está experimentando una profunda nostalgia por su vida anterior en Reino Unido. Según el escritor Tom Quinn, Harry echa de menos algunos aspectos de su antigua vida y está mirando hacia el pasado.
Esta nostalgia se ha visto acentuada por el hecho de que Harry ha perdido su residencia en Frogmore Cottage, quien había considerado como su hogar para siempre. Ahora está buscando una nueva propiedad en Reino Unido para poder reconectar con sus raíces.
Tensiones sociales y matrimoniales
Además de la nostalgia, existen otros factores que pueden explicar el deseo de Harry de volver al Reino Unido. Según Quinn, muchos de los amigos de Harry no le han visitado en Estados Unidos debido a su tensa relación con Meghan Markle. Esta complicada dinámica social podría influir en el deseo de Harry de volver a un entorno donde se siente más conectado y comprendido por sus antiguos compañeros.
Estas tensiones sociales y matrimoniales han creado una sensación de aislamiento para Harry, que solía ser una persona muy sociable. La falta de visitas de sus amigos y la constante presión mediática sobre su relación con Meghan han aumentado su descontento y su deseo de volver a un entorno más familiar y acogedor.
Un dilema existencial
El dilema de Harry va más allá de la simple cuestión de tener una residencia en Reino Unido. Representa un cruce existencial entre el compromiso con la nueva vida que ha construido en América y el llamado de sus raíces británicas. La decisión que tome tendrá implicaciones importantes para él, su familia y sus relaciones con la Familia Real y la sociedad británica.