La Incògnita del Retorn
¿Debería el presidente Carles Puigdemont regresar a Catalunya si se convoca una sesión de investidura, a pesar del renovado riesgo de ser apresado y enviado a prisión? Esta cuestión, con todas sus implicaciones, ha captado la atención de quienes siguen las complejas dinámicas del panorama político catalán en un verano peculiar. La climatología lluviosa resalta que esta estación, que parece no haber comenzado del todo, ya ha consumido un tercio de su tiempo en el calendario. Desde Junts per Catalunya, sostienen que su líder independentista, quien se encuentra en el exilio desde finales de 2017, no tendría más opción que regresar. Si decidiera no hacerlo, violaría su promesa, lo que sus detractores calificarían como un nuevo incumplimiento. Además, dejaría el camino libre para que Salvador Illa, su competidor socialista, lograra la investidura.
Las Opciones de Salvador Illa
Salvador Illa, en este momento, parece tener mayores posibilidades de salir adelante, pese a las complicaciones que conlleva el pacto que está negociando con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Esta situación se complica por la insuficiencia de una oferta sólida en términos de financiación, además de la incertidumbre sobre si la militancia republicana apoyará un posible preacuerdo bajo la dirección provisional de Marta Rovira.
El Regreso de Puigdemont según Junts
Regresando al tema de Carles Puigdemont, según las afirmaciones predominantes dentro de Junts, su regreso es ineludible. A pesar de las maniobras de los jueces del Tribunal Supremo, que buscan reinterpretar el delito de malversación para que no pueda ser objeto de amnistía, se anticipa que, en caso de detención, sus abogados solicitarían medidas cautelares urgentes al Tribunal Constitucional para que lo liberen hasta que se resuelva el fondo del asunto. A pesar de esto, en los últimos días han surgido voces en diversos ámbitos, tanto políticos como mediáticos y de la sociedad civil, que opinan que Puigdemont no debería permitir que el denominado ‘deep state’ finalmente obtenga lo que ha estado buscando: arrestarlo y encarcelarlo en una prisión española.
La Dualidad de Persona e Institución
Durante estos años, Puigdemont ha evadido no solo la acción de una justicia que considera injusta y revanchista, sino también ha preservado la dimensión simbólica y política de la institución que representa: la presidencia de la Generalitat. Esta presidencia fue intervenida por el Estado mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Por lo tanto, surge la cuestión de la interrelación entre la persona de Puigdemont y la institución de la presidencia. La detención de Puigdemont no solo significaría su encarcelamiento, sino que también implicaría una nueva suspensión y vulneración de la presidencia de la Generalitat, un atributo reconocible de la soberanía catalana, aunque sea de forma limitada en el contexto del régimen autonómico español.
El Contexto de la Soberanía
Si Catalunya fuera un estado soberano e independiente, estaríamos analizando una situación completamente diferente. Este statu quo es precisamente lo que se cuestionó y alteró durante la llamada revolución de los sonrisas y el referéndum del 1 de octubre, acontecimiento que tuvo lugar durante el otoño del 2017. Debemos reconocer que este tema es de vital importancia, independientemente de la postura que se adopte.
Las Consecuencias del Retorno
Por lo tanto, al evaluar el posible retorno de Puigdemont, deben considerarse tanto su figura como la institución que representa. En caso de que el Parlamento lo reinstituya como presidente, la presidencia sería restituida en todos los sentidos, lo que no implica que las presidencias de Quim Torra, Pere Aragonès o incluso de Salvador Illa sean ilegítimas. Para ilustrar esto, podríamos imaginar un escenario donde, durante el exilio de Josep Tarradellas, se reinstaura el Parlamento, pero se impide su retorno, a pesar de que la presidencia republicana se mantuvo activa durante casi 40 años en el exilio.
Anuncio de un Regreso
Puigdemont ha manifestado que regresará para la investidura del próximo presidente. Su intención es primero regresar para su propia investidura y, segundo, para cualquier posibilidad de investidura. El marco inicial de la amnistía, que no preveía las maniobras de los jueces, parecía permitir su regreso con todas las garantías, asumiendo que persona y presidencia quedarían completamente restablecidas. La pregunta clave que se oculta detrás de este debate es, en efecto, si debe haber investidura y, en caso afirmativo, de quién debe ser esa investidura.
El Papel de Esquerra Republicana
En primera instancia, la responsabilidad de facilitar la investidura recae en ERC, que debe decidir si la candidatura debe ser de Salvador Illa o de Carles Puigdemont. ERC tendría que presionar de alguna manera para garantizar la investidura y que Puigdemont mantenga su promesa de regresar, lo que a su vez restablecería la presidencia en el parlamento catalán. La manera en que se articule el apoyo de ERC a Puigdemont es crucial. Si le brindan soporte y luego la candidatura a Illa no prospera, se arriesgarán a una crítica severa.
Las Decisiones que Involucran a ERC
Las decisiones que tome ERC sobre cómo proceder influirán en la percepción pública de sus acciones y en su relación con el independentismo. Si ERC elige apoyar a Puigdemont, asegura una reconciliación con él, aunque esto implique su detención. En contraste, si no apoyan su retorno, estarán alimentando el descontento y la separación en el ámbito independentista.
La Posibilidad de un No Retorno
En el caso de que Carles Puigdemont decida no regresar en este momento, resulta evidente que ERC, que busca constantemente estabilidad en sus alianzas con los socialistas y desea evitar unas nuevas elecciones, podría beneficiarse de su permanencia en el exilio. Esta dinámica también beneficiaría a Salvador Illa, quien no tendría que lidiar con el complicado escenario de Puigdemont en un verano ya enredado por sus propias complejidades.
Intereses Convergentes
Los intereses de ERC y del Partido Socialista de Catalunya (PSC) se entrelazan, creando una presión considerable sobre las oportunidades de retorno de Puigdemont. Sin embargo, queda por ver si ser capaz de evitar su regreso será posible para ellos.
Reflexiones Finales
La inminencia de la investidura en el contexto actual y el mapeo de los intereses de cada partido sitúan a Carles Puigdemont en una encrucijada. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas, tanto por parte de Puigdemont como de ERC y Salvador Illa, marcarán el rumbo futuro de la política catalana. La cuestión central permanecerá: ¿quién debe ser el beneficiario de este juego político y qué implicaciones tendrá para la cohesión del independentismo?