El doble papel de un activista: espionaje en nombre de la paz

Un acto cargado de emociones

El Centro Comunitario Lafede.CAT, ubicado en el vibrante distrito del Raval en Barcelona, ​​organiza un evento donde los activistas palestinos comparten reflexiones sobre la defensa de los derechos humanos a través de la no violencia y el feminismo. El evento, moderado por Natalia Abu-Sharo, presidenta de la comunidad palestina de Cataluña, atrae a una audiencia diversa. Entre los asistentes se encuentra la figura de Belén Hammad Gómez, una joven que busca unirse a la causa palestina.

La verdadera identidad de Belén

A pesar de su aparición como activista, Belén resulta ser un agente infiltrado del Cuerpo de Policía Nacional Española. El 22 de octubre de 2018, comenzó su misión de espionaje después de contactar a Abu-Sharo, prometiendo estar interesado en el Movimiento Propalestino. Esta decisión marca el comienzo de una operación encubierta que durará más de dos años.

Construir una fachada convincente

Después de infiltrarse en el tejido social de la comunidad palestina de Cataluña y la complicidad de la coalición con Israel, Belén se une al popular rebelde de 3 voltes de Casal en Nou Barris. Su capacidad para crear vínculos y ganar la confianza de otros miembros es notable, y pronto se convierte en una figura activa en las movilizaciones contra el proceso judicial de los políticos de la independencia.

Una estructura de infiltración

Belén pertenece a la 32ª promoción de la Escuela de Policía de Avila, y su graduación coincidió con su rápida transferencia a Barcelona. Aunque dejó la ciudad a fines de 2020, su conexión con los activistas permaneció viva, demostrando un patrón común entre otros infiltrados: la necesidad de mantener contactos para futuras operaciones.

El programa Rizoma: un campo de conocimiento

Una de las experiencias clave que facilitó su infiltración fue su participación en Rizoma, un programa de liderazgo social. A través de este programa, Belén hizo contactos con figuras prominentes de movimientos sociales y amplió su red de influencia, utilizando su posición para obtener información valiosa.

Un papel activo en la comunidad

Durante su estadía, Belén participó activamente en diversas actividades, incluida la preparación de eventos conmemorativos y la gestión de las comunicaciones en la comunidad palestina. Su dedicación fue percibida como un compromiso genuino, hasta que las sospechas comenzaron a surgir entre los miembros de la organización.

Reacciones e investigación

Su exposición como infiltrada fue acelerada por un informe que revelaba prácticas de espionaje de la policía. Las investigaciones posteriores confirmaron su identidad como agente, causando indignación y una reacción contundente entre los grupos afectados, que contemplan acciones legales.

Un sistema de espía

Las organizaciones involucradas han expresado su preocupación por esta violación de la confianza y la privacidad, denunciando que el uso de agentes encubiertos para infiltrarse en los movimientos sociales es una práctica que viola los derechos humanos y la libertad de expresión.

Reflexiones sobre identidad y compromiso

Esta historia de infiltración no solo revela las técnicas de espionaje del estado, sino que también plantea preguntas sobre la identidad y la verdadera naturaleza de la lucha por los derechos humanos. La necesidad de mantener una vigilancia constante frente a posibles infiltraciones ahora es más clara que nunca, y las organizaciones deben estar preparadas para enfrentar este nuevo desafío.

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