Una Osona en Bangkok
Jordi Casanovas, residente de Balenyà, ha encontrado su hogar en Bangkok durante los últimos trece años. Su llegada a la capital tailandesa tuvo lugar gracias a su pasión por el fútbol, lo que lo llevó a servir como entrenador en varias academias. Desde 2016, ha dirigido una academia que fundó con un compatriota, Jordi Bartés.
Un terremoto devastador
El viernes pasado, Casanovas experimentó una experiencia inolvidable y aterradora cuando un terremoto de 7.7 grados sacudió la región. El epicentro, ubicado en Mandalay, Myanmar, condujo a una gran cantidad de víctimas, con más de 1,600 muertes reportadas, incluidas 10 en Bangkok. El terremoto se escuchó en varios países vecinos, dejando una sensación de vulnerabilidad en el área.
Un momento de pánico
Casanovas recuerda la intensidad del momento: «Fue un episodio corto pero muy intenso, que no duró más de 40 segundos». En el momento del terremoto, estaba en el popular distrito de la ciudad de China, donde experimentó un sentimiento de mareos. Inicialmente pensó que era un problema de salud, pero rápidamente se dio cuenta de que era el terreno lo que se movía.
Los efectos del terremoto
Después del terremoto, la reacción de la gente fue inmediata: todos buscaban un refugio en la calle, lejos de los edificios. Casanovas, preocupado por su compañero y su hijo, trató de regresar a casa, pero el tráfico estaba completamente colapsado. Aparcó su auto y caminó para encontrarse con su familia.
Daño a la capital
En su viaje, notó que el distrito del mercado de Chatuchack había sufrido daños significativos, con edificios en construcción y numerosas grietas. Afortunadamente, su residencia, un edificio de ocho correos, no sufrió daños, pero Casanovas es consciente de las dificultades que enfrentan otros residentes.
Resiliencia y adaptación
Los miembros de la Academia de Fútbol, incluido un joven que vive en un apartamento de 33 sin ascensor, tienen que lidiar con sus propias dificultades. Casanovas comenta que muchos de los japoneses que entrenan con ellos ya están más acostumbrados a enfrentar tales situaciones, lo que ayuda a mantener la calma.
La incertidumbre de la situación
Lo que más preocupa a Casanovas y su equipo es la falta de información sobre la situación en Myanmar. Las imágenes de devastación que han circulado en las redes sociales han creado una sensación de angustia. Un jugador del club, que proviene de una familia rica en Myanmar, compartió que tres de las cinco casas de su familia han desaparecido.
Un futuro incierto
A pesar de la incertidumbre, la Academia de Casanovas ha decidido reanudar las actividades deportivas, con equipos jugando los juegos programados. La vida continúa en Bangkok, pero el miedo y la preocupación por lo que puede suceder con la comunidad, que está esperando la noticia más clara de la región afectada.