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El mundo del queso: mitos y realidades

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El valor nutricional de los quesos

Los quesos son una fuente rica en proteínas de origen animal y también contienen una cantidad significativa de calcio, mineral esencial para una dieta equilibrada. Sin embargo, su ingesta puede acarrear un alto contenido de grasa si no se seleccionan con cuidado. Esta semana, el copropietario de Leche Crua, Xevi Miró, pone de manifiesto el factor diferencial que determina la cantidad de grasa en un queso. ¿Cuáles son los quesos con más y menos grasa? ¿Consumir queso provoca un aumento de peso? A continuación, resolveremos estos interrogantes.

Las grasas y los quesos

Cuando queremos iniciar una dieta o después de un período de exceso en nuestras comidas, a menudo optamos por los quesos con bajo contenido de grasa, creyendo que estamos adoptando un hábito más saludable. Sin embargo, es importante entender que todas las variedades de queso son saludables para nuestro cuerpo, siempre que hagamos un consumo moderado, como con la mayoría de los alimentos. Es cierto que existen tipos de quesos con un contenido calórico más elevado que otros, pero en general su consumo no debería tener un impacto significativo en nuestro peso.

Xevi destaca que «no todos los quesos tienen la misma cantidad de grasa» y añade que «no depende de si provienen de cabras, ovejas o vacas». Es la forma en que se producen los quesos la que determina la cantidad de grasa en cada uno. Por ejemplo, un queso fresco contiene una gran cantidad de agua, la cual no contiene grasa. Por tanto, los quesos frescos tienen un contenido de grasa muy bajo.

Por otra parte, los quesos cremosos pueden tener un alto contenido en grasa, pero esto no es una regla fija. El brie y el camembert, por ejemplo, son quesos que se coagulan con el suero, lo que significa que al cortarlos, también se retira una parte del líquido, reduciendo así el contenido de grasa. Si leemos la etiqueta, puede aparecer ‘queso graso’, pero esto se calcula sin el suero, que es parte del queso que consumimos, por tanto, esta clasificación no es tan relevante.

Los quesos secos suelen tener un alto contenido de grasa, pero existen excepciones. Por ejemplo, en la producción del parmesano, se retira una parte de la grasa, por lo que ya no se considera uno de los más grasos. En cambio, los quesos tipo manchego, elaborados con leche de oveja y sin desnatado, suelen tener un mayor contenido de grasa. En cualquier caso, la grasa no es necesariamente negativa y puede aportar mucho sabor, especialmente si proviene de animales que han sido alimentados de manera saludable. Sin embargo, los quesos industriales suelen contener grasas menos saludables.

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