Una realidad inclinándose
Vivimos inmersos en un mar de tragedias que parecen no tener fin. Desde las consecuencias de la pandemia Covid-19 hasta las devastadoras consecuencias de la guerra en Ucrania, la humanidad enfrenta una serie de crisis que nos dejan impotentes. La situación en Palestina y los desastres naturales que llegan al planeta amplifican esta sensación de angustia colectiva. Como espectadores de un espectáculo macabro, estamos atrapados, sin poder expresar nuestro rechazo.
Un contexto de desesperación
La revolución conservadora actual es lo más destacado de un modelo neoliberal que comenzó a ganar fuerza después de la derrota del movimiento laboral en la década de 1970. Ahora, no solo somos espectadores, sino que nos hemos convertido en víctimas de un sistema que nos mantiene divididos e indefensos. Las guerras imperialistas entre los estados, junto con el aumento de las catástrofes ambientales, nos golpean diariamente, mientras que la militarización y la despolitización crecen en la mano.
La parálisis del pensamiento crítico
La condición de una víctima impuesta por el neofascismo no solo afecta nuestras vidas, sino que también asfixia el pensamiento crítico. Aceptar las instalaciones que ofrecen, como la inmigración es un problema, nos limita la capacidad de resistencia y transformación. La renuncia a la innovación y la falta de coraje nos llevan a la adaptación, a la renuncia a la realidad.
La reacción: los alma de los Terre
Sin embargo, lo que se presenta como un inesperado puede ser la clave para la transformación. El movimiento francés de los Soulèvements de la Terre representa una respuesta radical y colectiva contra las fuerzas que nos oprimen. Este grupo, nacido de la lucha contra un aeropuerto en Notre-Dame-de-Landes, ha crecido exponencialmente, movilizando a decenas de miles de personas para defender el territorio.
Acciones directas y transformadoras
Sus acciones van más allá de las palabras. A través de bloqueos de infraestructura que promueven el desastre ambiental, el desmantelamiento festivo de las industrias tóxicas y las ocupaciones de la tierra, este movimiento busca golpear donde realmente duele. Su filosofía desafía la aceptación pasiva y busca pequeñas victorias que motivan a continuar luchando.
Un futuro sin supersticiones
Los alma de los Terre no son solo un movimiento; Son la materialización de un cambio de paradigma. Como dijo Marx, las revoluciones sociales deben nacer del futuro, no del pasado. Este grupo ha evitado las supersticiones que están atrapadas en un ciclo de repeticiones y caminos cerrados. Su fuerza radica en la diversidad y su capacidad para unirse por una causa común.
Una nueva forma
Con cada acción, los Soulèvements de la Terre nos recuerdan que el poder de la naturaleza y el deseo de cambio son más fuertes que las fuerzas que quieren silenciarnos. Después de todo, estamos invitados a abandonar nuestro estatus como víctimas y a adoptar nuestra fuerza colectiva, promoviendo un futuro donde la justicia ambiental y social es una realidad.