Un Refugio de Tranquilidad
El Palacio de Marivent, situado en Palma de Mallorca, ha sido durante mucho tiempo un lugar de paz y tranquilidad para la reina emérita Sofía. Esta residencia ha representado un refugio para ella, ofreciéndole la serenidad que a menudo no encuentra en Zarzuela. Esta última es un lugar donde ha tenido que hacer frente a situaciones desagradables y desprecios por parte de su marido, el rey emérito Juan Carlos I, así como a una relación tensa con la reina Letizia y las carencias de respeto que ha recibido de su consorte.
Un Espacio de Libertad
En Marivent, en cambio, la reina emérita Sofía se siente como una verdadera reina. Allí puede hacer y deshacerse a su voluntad, con el personal siempre a su disposición. Además, puede gozar de una de sus pasiones preferidas: las compras. Sofía disfruta de su libertad para gastar como quiera, adquiriendo joyas y vestidos sofisticados, aunque de vez en cuando también se interesa por la bisutería más económica y llamativa. Los establecimientos comerciales de Mallorca ven cómo sus ventas se incrementan cuando la reina emérita hace acto de presencia.
Momentos de Vergüenza
Las compras son una actividad que a Sofía le gusta realizar en soledad, acompañada únicamente por sus guardaespaldas. Acompañarla en estas ocasiones puede ser problemático, como demostró la reina Letizia en una tienda de Mallorca. Según el libro ‘Los silencios de Letizia’ de Jaime Peñafiel, en una ocasión Letícia perdió la paciencia y avergonzó a su suegra con su comportamiento impaciente durante unas compras en 2006. Esta actitud se repitió en otras ocasiones, dejando a todo el mundo sorprendido y avergonzado por las formas de la entonces heredera de la corona.