El Parlament de Catalunya y la controversia de Montserrat

Reconocimiento en la Categoría de Oro

El presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, hizo público a principios de julio que la reconocida institución concederá la Medalla de Honor en la categoría más alta, la de Oro, al Monasterio de Montserrat. Este galardón se otorga por la notable labor de la abadía en la difusión de valores como la cultura, la paz y la justicia social. Rull también subrayó la importancia de Montserrat en la defensa de la lengua catalana, así como su apoyo a las libertades colectivas del pueblo catalán.

Indignación entre las Víctimas

Sin embargo, este reconocimiento ha encontrado una fuerte oposición, ya que no cuenta con el respaldo del Gobierno ni de varias asociaciones de víctimas. Personas afectadas han expresado su descontento, señalando que el Monasterio de Montserrat es conocido por ser el lugar donde al menos 14 niños sufrieron abusos sexuales, hechos que, según las víctimas, fueron encubiertos por las autoridades de la abadía. Ante esta situación, aquellos que han padecido esta tragedia dentro de la iglesia tienen planeado presentar una carta a los miembros del Parlament, buscando revertir esta decisión.

Los abusos en el Monasterio

En el documento que se presentará a la Cámara, las víctimas abordan la profunda crisis de abusos que se ha gestado en la abadía, al considerar que Montserrat representa ‘la zona cero’ en esta problemática. Se menciona a Andreu Soler, el responsable de los scouts, quien habría perpetrado abusos a al menos 12 menores a lo largo de 30 años. Además, otro monje benedictino de la abadía, conocido como padre V.T.M, también confesó haber abusado de dos monaguillos a finales de los años 70.

Omisiones y Encubrimientos

En su carta, los autores denuncian que, en los mencionados incidentes, la alta dirección de Montserrat optó por ocultar y silenciar los hechos con la intención de prevenir un escándalo que pudiera afectar su reputación. Cuando estalló el escándalo, con denuncias como la de Miguel Hurtado, se formó una comisión de transparencia, la cual críticos señalan que fue compuesta por personas elegidas a dedo por el monasterio. A pesar de la presión de las víctimas para llevar a cabo una investigación independiente, parece que la comisión se limitó a deslindar responsabilidades, culpando a un fallecido mientras que el abad de ese momento, Josep María Soler, pidió disculpas aunque reconoció fallos en los procesos de supervisión.

Llamado a la Acción

El contenido de la carta enfatiza que una institución que admite la existencia de un depredador sexual entre sus miembros tiene un deber moral ineludible de reparar el daño causado a las víctimas. En cambio, lo que parece haber ocurrido fue todo lo contrario. Hurtado ha decidido recurrir a la jurisdicción civil para solicitar una compensación, pero la abadía ha impuesto sus obstáculos, argumentando que los presuntos abusos han prescrito. La misiva termina con un fuerte llamado al Parlament para que reconsideren su decisión y no sigan ‘poniendo sal en las heridas’ de los afectados, sugiriendo que deben ‘ponerse del lado correcto de la historia’ y revocar la medalla de oro al Monasterio de Montserrat.

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