El Renacimiento de un Festival Emblemático
Hace una década, la valiente Gemma Recoder, junto con otros apasionados, se propuso revivir el Canet Rock, un festival que, en los últimos momentos de la opresiva dictadura franquista, representó un soplo de libertad. Las ediciones de los años 70 fueron verdaderamente maravillosas.
Diez años después, este festival, que cada inicio de julio celebra lo mejor de la música producida en Cataluña, se ha consolidado como el evento destacado para disfrutar de lo más destacado de la escena musical catalana.
Una Edición Especial
La edición de 2024 ha sido una de las más especiales en la historia del festival. La jornada comenzó con actuaciones de Ginestà, O-Erra y Julieta, quien cautivó al público con su representación del sueño catalán. El momento más emotivo llegó con la participación de La Banda Canet Rock, compuesta por 30 artistas, que interpretaron canciones emblemáticas de la música catalana de las últimas décadas. Actuaciones especiales de artistas como Lluís Llach, Eléctrica Dharma, Lluís Gavaldà y la sorpresa de la noche, el regreso de Pemi Fortuny de Lax’n’Busto con Gossos, emocionaron al público.
El festival también rindió homenaje a Pau Donés i Jarabe de Palo, con un momento de éxtasis coincidiendo con la puesta del sol. El escenario se llenó con todos los participantes de La Banda Canet Rock cantando ‘Que tinguem sort’ de Lluís Llach.
Diversidad Musical y Momentos Especiales
El festival ofreció una variedad de actuaciones, desde la participación de Miquel del Roig hasta la presentación del nuevo disco de Oques Grasses, ‘Fruit del deliri’. El público disfrutó de la comunión innegociable con artistas como Els Catarres, 31 Fam, Figa Flawas, La Fúmiga y The Tyets, entre otros.
A pesar de sus aspectos criticables, el Canet Rock sigue siendo un evento imprescindible. La diversidad en las propuestas enriquecería aún más el festival, pero su importancia es innegable. Si el Canet Rock no existiera, habría que inventarlo.