Un verano inusual por la familia real
La Casa Real española vive un verano marcado por la separación y ausencia de las tradicionales apariencias familiares. Este año, los miembros de la familia real han mantenido una notable distancia, con poco tiempo compartido durante el mes pasado.
Actividades paralelas y compromisos internacionales
Los reyes llegaron juntos a Palma de Mallorca, pero pronto tomaron rumbos distintos. Letizia fue la primera en desplazarse a París para apoyar a los atletas españoles en los Juegos Olímpicos. Felipe, por su parte, siguió sus pasos con un viaje similar tras el regreso de Letizia.
Vacaciones separadas
Las vacaciones familiares tampoco han estado exentas de controversias. Letizia optó por viajar con sus hijas a las islas griegas a bordo de un yate de lujo, mientras Felipe se quedaba atrás con compromisos laborales.
Momentos familiares y críticas
En una de las pocas apariciones públicas, Letizia fue vista con sus hijas y la reina Sofía en el centro histórico de Palma, disipando rumores sobre tensiones familiares. Sin embargo, ese momento desató una nueva controversia, ya que la reina Sofía fue criticada por pasear a temperaturas extremas.
Efectos de las imágenes
Las imágenes de Sofía, visiblemente cansada y con dificultades para mantenerse de pie, llegaron a Felipe VI, provocando un debate entre él y Letizia. Ese mismo día, la reina desapareció de la escena pública, dejando a Felipe solo en la isla.
Compromisos institucionales inminentes
Felipe VI ha vuelto a la península sin haber podido ver a su familia durante tres semanas. Con la Semana Náutica de Cádiz en su horizonte, sus obligaciones profesionales han impedido la reunión familiar.
Futuros compromisos de la familia
Además, la Infanta Sofía debe empezar sus estudios en Gales, mientras que la Princesa Leonor se incorporará a la Academia Naval. La reina Letizia, por su parte, se prevé que esté presente en la inauguración de los Juegos Paralímpicos a finales de agosto.
Un verano lleno de incertidumbres
Con sólo una cena familiar como punto de encuentro, el verano de la Casa Real se ha convertido en un escenario de distancias y especulaciones. La falta de momentos compartidos entre los reyes y sus hijas ha dejado aire de incertidumbre sobre su futuro como unidad familiar.