Un taller lleno de historia y creatividad
En un día lluvioso, el terreno fangoso nos guió al taller de Jan Vallverdú, un joven artista nacido en Barcelona en 1995. Ubicada en una antigua área de Galliners en Sant Just Desvern, este espacio alberga un mundo de colores y emociones que reflejan su visión artística. La tranquilidad de esta área residencial contrasta con el bullicio urbano, proporcionando el contexto ideal para su creatividad.
Talento ixent: una plataforma para nuevos artistas
La visita al taller Vallverdú es parte del talento ixent, un ciclo promovido por la sección de artes visuales de los Ateneneu Barcelonès. Esta iniciativa busca dar visibilidad a los artistas emergentes de Cataluña, lo que permite al público descubrir sus metodologías y procesos creativos. En esta atmósfera, nos preparamos para explorar el trabajo de Vallverdú, que se distingue por su originalidad y profundidad.
Un arte que fusiona el pasado y el presente
En un espacio pequeño, los diferentes elementos del taller de Jan nos atraen. Los tubos y cepillos de petróleo están dispersos en las mesas, mientras que comparte su carrera artística. Vallverdú comenzó a expresarse a través del grafito y los murales en su juventud, y ahora, bajo la representación de Beta Contemporary y Galería Herrero de Tejada, explora formatos más íntimos. Sin embargo, él mismo reconoce que la esencia de sus raíces artísticas sigue viva en sus creaciones.
La línea del horizonte como un elemento recurrente
Las obras de Vallverdú se caracterizan por una rica mezcla de formas abstractas y el elemento constante del horizonte. El artista no se centra en representaciones figurativas, sino que juega con colores y contrastes para crear atmósferas que evocan diferentes emociones. En las paredes, los cortes de revistas, fotografías y estudios propios se combinan, lo que refleja su diversa inspiración.
Un diálogo con la esencia humana
Vallverdú busca generar una experiencia emocional con su trabajo, donde la incomodidad de la interpretación es intencional. Para él, la pintura es un acto de autoaceptación, una forma de transmitir sus experiencias y emociones. A través de figuras borrosas, el artista explora las dualidades de la condición humana, abordando los temas cotidianos con una profundidad que va más allá de la apariencia.
El proceso creativo como meditación
La práctica artística de Vallverdú se basa en un enfoque meditativo. Se alterna entre intención y azar, dejando que sus obras evolucionen naturalmente. Sus días en el taller varían; A veces se dedica a contemplar el espacio, mientras que otros realizan ejercicios intuitivos que le permiten explorar contrastes y texturas.
Reflexiones sobre el crecimiento artístico
Imaginando a Jan en su taller cualquier mañana, la luz que ingresa a las pequeñas ventanas nos recuerda la importancia del tiempo y la paciencia en el proceso creativo. Su trabajo, como el bambú, lleva tiempo crecer y desarrollarse. El crecimiento invisible debajo de la superficie es esencial para la aparición de la belleza a la vista. Vallverdú, con una profunda comprensión de su práctica, pinta para descubrir y expresar, dejando que la intuición guíe su camino.