Una bienvenida cálida y acogedora
Es un día soleado y nos dirigimos al restaurante La Tartareria, ubicado en la parte baja de la calle Muntaner, cerca de Gran Vía y plaza Universitat. Al entrar, somos recibidos por Tere, la jefa de sala, quien nos da la bienvenida con una sonrisa y nos guía a nuestra mesa. El ambiente es acogedor, con una decoración sencilla en tonos marrones y una ilustración detallada en la pared que representa el proceso de elaboración de un tartar.
Una propuesta culinaria excepcional
La carta nos ofrece un menú de mediodía por 25 € y dos opciones de menú degustación, que incluyen una variedad de exquisitos entrantes y platos principales. Los entrantes, incluyendo una ostra fresca o a la brasa, despiertan nuestro apetito, mientras que los tartares, tanto de pescado como de carne, sorprenden con combinaciones de sabores únicas y divertidas.
Delicias culinarias inolvidables
Los tartares de gamba, lubina, vieira y pez limón, cada uno con su toque distintivo, nos transportan a un universo de sabores infinitos. La experiencia culmina con los tartares de ternera, presentados de manera innovadora sobre un milhojas de patata, y un segundo tartar con un sabor potente y crujiente. El servicio atento y profesional añade valor a la experiencia gastronómica.
Postres excepcionales
Aunque el tiempo nos impide disfrutar del último plato, los postres de semifrío de fresitas, granita y sorbete de fresas, así como el ganache de chocolate, helado de nata y merengue de café, son una delicia para el paladar. Estos postres refrescantes y exquisitos son el broche de oro de la experiencia en La Tartareria.
Un chef con visión de futuro
La comida culmina con un encuentro con el chef, Pedro Silva, quien demuestra su pasión y habilidad en la elaboración de los mejores tartares y postres de la ciudad. Su enfoque innovador y su talento prometen una brillante trayectoria en el mundo culinario.