Un viaje especial
Mi primera visita a París fue a la edad de 23 años, acompañada por mi madre. Este viaje significó mucho para ambas, ya que celebrábamos mi cumpleaños número 23 y mi próxima estadía para estudiar en la Sorbona. Durante nuestra estancia, disfrutamos de experiencias únicas, como una cena en el Moulin Rouge, comidas en lugares emblemáticos como el Procope, cócteles en el restaurante Saint Georges, y una visita completa a Versalles. Además, tuvimos la oportunidad de disfrutar de una copa de Bollinger en el Ritz, al estilo Lady Di. Sin duda, fue un momento para recordar y celebrar juntas.
Explorando la ciudad
Durante mi estadía, tuve la oportunidad de asistir a un seminario sobre Picasso, centrándose en las mujeres que amó. A pesar de la influencia del romanticismo, pude apreciar su obra desde una perspectiva filosófica. Además, descubrí lugares encantadores como la tienda «Les Filles à la vainille» en Les Marais, donde adquirí vestidos únicos. Aunque años más tarde descubrí que muchas tiendas en ese barrio eran franquicias, conservo gratos recuerdos de mi experiencia.
Momentos de miedo y amor
A pesar de mi amor por París, también experimenté momentos de miedo durante mi estadía. En una ocasión, en el Centro Pompidou, viví una situación inquietante que me llevó a tomar precauciones. Sin embargo, también viví momentos de amor y romance, como la fiesta de la Liberación en el Parque de Luxemburgo, donde me enamoré profundamente de la chanson française.
Reflexiones y anécdotas
París es una ciudad llena de tópicos, algunos ciertos y otros no tanto. A lo largo de mis visitas, he tenido la oportunidad de reflexionar sobre diversos aspectos de la vida parisina, desde la cultura hasta las experiencias personales. Aunque adoro París, también he enfrentado desafíos, como la pérdida de tiques de metro y situaciones inesperadas. Sin embargo, cada experiencia ha contribuido a mi aprecio por la ciudad y su rica historia.
París, una ciudad eterna
A pesar de los altibajos, París sigue siendo una ciudad que me maravilla. Desde los cafés tradicionales hasta los lugares emblemáticos como Notre-Dame, cada rincón de la ciudad tiene su encanto. Aunque he vivido momentos inolvidables, también he presenciado eventos trágicos, como el incendio de Notre-Dame. Sin embargo, la belleza y la historia de París siguen siendo incomparables.
Recuerdos y reflexiones finales
Mis recuerdos de París están llenos de momentos especiales, desde paseos por Champs-Élysées hasta experiencias culinarias únicas. A pesar de los desafíos y las sorpresas, París sigue siendo una ciudad que atesoro. Cada visita ha sido única y memorable, y estoy agradecida por las experiencias que he vivido en esta ciudad tan especial.
