Un viaje interno a través de la pérdida
Roc Casagran, un escritor de Sabadell nacido en 1980, recibió el premio Sant Jordi 2024 gracias a su último trabajo, «Soñamos con una isla». Esta novela se presenta como una profunda reflexión sobre las crisis emocionales a través de la vida de Carla, un guionista de cuarenta años que escribe una carta a su pareja, Oscar, en un momento de turbulencia personal. La pérdida de su madre, la muerte de una amiga y otros eventos traumáticos marcan el telón de fondo de esta narrativa íntima.
Las islas como una metáfora de la comunicación
La historia, escrita desde la isla de Tabarca, se divide en ocho capítulos que funcionan como islas independientes, cada una de las cuales representa aspectos de la vida de Carla. Casagran usa estas islas como metáforas de Incommunicado en la sociedad actual. Cada isla aborda temas como el turismo insostenible, el dolor de crecer y la importancia de valorar el presente, reflejando las luchas diarias del protagonista.
La relación entre el amor y el duelo
En el núcleo de la novela, el amor no se presenta como un ideal romántico, sino como una experiencia cotidiana. Casagran describe momentos tan simples como llevar a los niños al médico o comprar juntos, enfatizando que el amor está en los más pequeños detalles de la vida. Esto contrasta con el duelo que experimenta el protagonista, que refleja una dualidad entre la pérdida y la conexión emocional.
Una voz narrativa auténtica
Uno de los grandes logros de Casagran en este trabajo es la creación de una voz femenina auténtica e introspectiva. Carla, quien revisa su infancia y debates entre el aislamiento y la necesidad de volver a conectarse con el mundo, se convierte en un vehículo para explorar a las personas, tanto personales como colectivas, que nos afectan a todos.
Reflexiones sobre el lenguaje y la identidad
El libro también aborda la importancia del lenguaje como herramienta para la comunicación y la cosmovisión. Casagran expresa su deseo de que dure el idioma catalán, comparándolo con los idiomas que han desaparecido a lo largo de la historia. Esto se suma a la idea de que las islas, tanto geográficas como emocionales, son espacios de soledad y conexión al mismo tiempo.
Una carta con simbolismo
En un mundo marcado por la inmediatez digital, la decisión de Carla de escribir una carta en lugar de enviar un mensaje electrónico es significativa. Esta elección simboliza una pausa y reflexión necesarios en la vida moderna, un momento de desconexión que invita a una introspección más profunda. La carta se convierte así en un refugio personal, un acto de resistencia al frenético dinámico del capitalismo.
Una corbata literaria
Con «We Dreamed of a Island», Roc Casagran nos ofrece una novela rica en simbolismo y reflexión, que no solo explora las complejidades de las relaciones humanas, sino que también invita a una profunda introspección a nuestra propia existencia. El trabajo se cierra con una nota de esperanza, lo que sugiere que, a pesar de la adversidad, la conexión humana es la clave para avanzar.