Una joya histórica en el corazón de Liverpool
Desde su inicio en 1892, Goodison Park ha trascendido su papel como un mero lugar de fútbol, evolucionando hacia un preciado hito para la comunidad local. Como la casa de Everton, ha sido testigo de innumerables momentos inolvidables, pero su importancia se extiende mucho más allá del campo.
Transición a una nueva era
Este verano, Everton se embarcará en un nuevo capítulo con la apertura de su estadio de 53,000 asientos de última generación en Bramley-Moore Dock. Sin embargo, Goodison Park no se desvanecerá en la oscuridad; Se transformará en el nuevo hogar para el equipo femenino de Everton, asegurando que su legado continúe.
Recuerdos que duran toda la vida
A medida que se acerca el último partido masculino, los fanáticos reflexionan sobre sus preciadas experiencias en Goodison. La historia de Del y Aly Thornton se destaca entre los muchos. Hicieron historia el 19 de junio de 1999, como la primera pareja en casarse en el estadio, convirtiendo un sueño provocado por un anuncio en una hermosa realidad.
Una boda de sueño en medio de la gloria de fútbol
Aly, que prefería mantener la atención fuera de sí misma, permitió que Del tomara las riendas para planificar su día especial. Su ceremonia se desarrolló en la sala de trofeos, seguida de una sesión de fotos inolvidable en el soporte principal, con un paseo nostálgico a través del túnel.
Un vínculo de toda la vida con Everton
Para Barry Morris, 71, Goodison Park encarna una profunda conexión familiar. Las cenizas de su padre están enterradas en el estadio, un testimonio del vínculo que compartieron por su amor por Everton. El primer encuentro de Barry con el club tenía solo siete años, y los recuerdos de asistir a partidos con su padre permanecen grabados en su corazón.
Un legado de amor y lealtad
Barry recuerda la calidez de los fines de semana pasados en el estadio, una tradición que resistió su servicio militar en el extranjero. La bufanda del Everton dotada por su padre en 1968 se ha convertido en un emblema apreciado, usado con orgullo para cada juego como una conexión con su padre.
Conexiones duraderas más allá de la vida
La compasión del club se extendió más allá del juego, especialmente durante la salud en declive de su padre. Barry recuerda cómo Everton se aseguró de que su padre aún podía asistir a partidos, incluso organizando servicios de escolta cuando sea necesario. Después del fallecimiento de George en febrero de 2002, su deseo de ser enterrado en Goodison Park fue honrado, consolidando su legado compartido.
Un lugar para recordar
Goodison Park sigue siendo un santuario para innumerables fanáticos, con casi 800 seguidores descansando en paz cerca del campo. Barry expresa su gratitud de que el estadio permanezca en pie, lo que le permite continuar visitando el monumento de su padre, un lugar donde los recuerdos y el amor se entrelazan.
El latido de una comunidad
Mientras Everton se prepara para su nuevo futuro, Goodison Park se erige como un monumento a generaciones de experiencias compartidas y lealtad inquebrantable. Sus paredes resuenan con la risa y las lágrimas de los fanáticos, asegurando que su espíritu perdurará mucho después del pitido final.