Los detalles de la investigación
Los investigadores que trabajaron en el caso de Yaiza, una niña de cuatro años que murió a manos de su madre en Sant Joan Despí en mayo de 2021, afirman que no encontraron ningún indicio que sugiera que la madre sufría algún trastorno mental. Durante el juicio, el jefe de la unidad territorial de investigación explicó que la madre llamó a la escuela de la niña y al hospital donde trabajaba para avisar de que no irían. Según su entorno, su comportamiento fue normal en los días previos a los hechos. Cuando la detuvieron en el hospital, no mostró emoción alguna.
El hallazgo macabra
Los agentes que entraron en la habitación donde se produjo la tragedia encontraron una escena difícil de contar. Todo estaba muy ordenado y pulcro, lo que no es normal en estas circunstancias. También descubrieron cinco sobres de colores con distintos nombres y muchos blísteres de medicamentos vacíos. A partir de estos elementos, sospecharon que la madre había intoxicado a la niña y luego se había suicidado. Sin embargo, una hora después de la entrada a la vivienda, percibieron un ruido que indicaba que la niña todavía estaba viva.
La detención de la madre
Tras trasladar a la madre al hospital y considerando los indicios existentes, se ordenó su detención por la muerte de su hija. Según los agentes que practicaron el arresto, la mujer no mostró emoción alguna cuando se le leyeron sus derechos y se le explicó el motivo de la detención.
La negación de un trastorno mental
Durante el juicio, el jefe de la investigación aseguró en varias ocasiones que no hallaron ningún indicio que sugiera que la mujer sufría un trastorno mental, como sostiene su defensa. Según su entorno familiar y profesional, la mujer actuó con normalidad en los días previos a los hechos. Además, el día antes de los hechos, llamó a la escuela de la niña para avisar de que no iría a su centro de trabajo.
El testimonio de los primeros agentes
Los primeros agentes que llegaron a la vivienda fueron alertados por una vecina que había visto a una persona lanzarse al vacío. Cuando entraron, encontraron a dos mujeres, la madre de la acusada y abuela de la niña, y su hermana, muy alteradas. Señalaron la habitación donde se encontraban la madre y la niña tendidas en la cama, así como varios sobres de colores y blísteres de medicamentos vacíos.
La confirmación de las sospechas
El padre de la niña explicó a los investigadores la relación que tenía con su expareja y las amenazas que había recibido, confirmando las sospechas de los agentes. A partir de ahí, se procedió con la investigación y el juicio para esclarecer los hechos.