Un año sabático lleno de experiencias
Irene Urdangarin, la benjamina de Iñaki Urdangarin y la Infanta Elena, ha decidido abrir un nuevo capítulo en su vida después de experimentar un año sabático. Durante este período, se ha dedicado a diferentes actividades, como obtener su licencia de conducir y participar en proyectos de voluntariado. Estas experiencias la han ayudado a forjar un camino distinto en su desarrollo personal.
Retorno a los estudios tras un complicado periodo
A medida que se acerca un nuevo trimestre, la joven parece encaminada a retomar su formación académica. Este regreso a las aulas se presenta como un respiro para la Infanta Elena, quien había expresado preocupaciones sobre el futuro de su hija, especialmente en un contexto familiar complicado donde la figura del Rey Emérito Juan Carlos I tendrá una significativa influencia.
Planes iniciales que se transformaron
Un año atrás, Irene Urdangarin tenía en mente estudiar hostelería en la prestigiosa École hôtelière de Lausanne. Sin embargo, decidió pausar sus estudios para aventurarse en un año sabático, buscando nuevas vivencias y dedicándose al voluntariado. La idea de estudiar hostelería, que parecía ser su elección inicial, fue dejada de lado para explorar esta nueva dirección.
Desafíos académicos y emocionales
Según diversas fuentes, esta decisión de tomar un año sabático se debió a que Irene no pudo superar las pruebas de admisión a la École hôtelière de Lausanne. Esto no solo resultó en la pérdida de una plaza en la institución, sino que también se vio afectada en su segundo año de Bachillerato. Las dificultades personales y familiares recientes, incluido el encarcelamiento de su padre y los problemas enfrentados por su madre, la Infanta Cristina, tuvieron un impacto significativo en su salud emocional, lo cual afectó su capacidad para concentrarse en sus metas académicas.
Un futuro apoyado por la familia
La Infanta Cristina se mostró preocupada por el futuro de Irene, ya que existe el temor de que la joven opte por trayectorias poco convencionales, como convertirse en influencer, similar a su prima Victoria Federica. Esta situación generó inquietudes para la hermana del Rey Felipe VI. No obstante, se ha confirmado que Juan Carlos I será quien asumirá los costos de los estudios de Irene, que se estima rondan los 40.000 euros al año, cubriendo matrícula y alojamiento en una universidad privada en el Reino Unido. Este apoyo económico refleja la tradición de Juan Carlos I de contribuir a la educación de sus nietos.